Los microplásticos presentes en el ciclo de vida de las nubes

Una investigación ha detectado que los microplásticos están presentes en el ciclo de vida de las nubes, desde su formación hasta la caída del agua en forma de precipitación.

Estos componentes, que son perjudiciales para la salud humana, parece que campan a sus anchas por nuestra atmósfera desde su desecho.

El trabajo ha sido realizado por científicos de la Universidad de Waseda en Japón.

Los microplásticos presentes en el ciclo de vida de las nubes

Los científicos investigaron la llamada ‘ruta de los microplásticos’ en el aire, para conocer con detalle su ciclo vital en nuestro planeta.

Para ello, se encargaron de recoger agua de las nubes que se colocan habitualmente sobre la cumbre del monte Fuji, en concreto en la zona sureste en la cumbre del Monte Oyama, a una altitud que oscila entre los 1.300 y los 3.776 metros.

Los científicos emplearon diversas técnicas para identificar la presencia de los microplásticos en el aire. En concreto utilizaron imágenes de reflexión total atenuada y espectroscopia infrarroja por transformada de microFourier.

Y así hallaron que había presencia de microplásticos en el agua de las nubes.

Crédito: Hiroshi Okochi from Waseda University

Diferentes tipos de microplásticos

Lógicamente, entre los compuestos encontrados aparecieron diferentes tipos de microplásticos. En concreto, 9 tipos diferentes de polímeros y un tipo de caucho en los AMP detectados.

Los científicos japoneses cuentan que la mayor parte del polipropileno que se detectó en las muestras estaba descompuesta y tenía grupos carbonilo (C=O) y/o hidroxilo (OH).

Por otra parte, los diámetros Feret de estos AMP oscilaron entre 7,1 y 94,6 picómetros, los más pequeños observados en la troposfera libre.

Ayudan a formar las nubes

Un aspecto importante de la investigación es que ha quedado demostrado que la presencia de polímeros hidrofílicos en el agua de la nube era abundante, lo que sugiere que fueron eliminados como núcleos de condensación de la nube.

Los microplásticos en el aire se degradan mucho más rápido en la atmósfera superior que en la tierra debido a la fuerte radiación ultravioleta, y esta degradación libera gases de efecto invernadero y contribuye al calentamiento global.