Menos nubes durante el día que por la noche: asimetría en la cobertura nubosa

Un estudio científico detecta menos nubes durante el día que por la noche, una asimetría en la cobertura nubosa que parece influir en el balance energético del planeta, intensificando el calentamiento global detectado en las últimas décadas.
Las nubes, aliadas del enfriamiento… cuando están de día
Durante el día, las nubes actúan como un escudo natural, reflejando parte de la radiación solar hacia el espacio.
Sin embargo, el estudio liderado por científicos de la Universidad de Leipzig (Alemania) y la Universidad Sun Yat-sen (China) ha detectado una preocupante reducción de esa cobertura nubosa diurna a lo largo de los últimos años.
Esta menor presencia de nubes en las horas en las que el Sol impacta con más intensidad sobre la Tierra permite que mayor cantidad de energía llegue a la superficie, lo que contribuye al aumento global de las temperaturas.

Por la noche, el efecto se invierte
La situación se agrava debido a que, por la noche, las nubes no desaparecen, sino que se mantienen o incluso aumentan en algunas regiones.
Durante las horas nocturnas, la función de las nubes es contraria: retienen el calor emitido por la superficie terrestre, funcionando como una especie de “manta térmica”.
Este desequilibrio —menos nubes cuando más se necesitan para reflejar radiación, y más nubes cuando favorecen el efecto invernadero— intensifica lo que los científicos denominan una retroalimentación positiva del calentamiento global.

Un fenómeno global con datos de satélite
El estudio, basado en observaciones satelitales de las últimas dos décadas, evidencia una tendencia sostenida y global. Aunque el patrón varía por regiones, la asimetría entre el día y la noche se repite a escala planetaria.
Esto convierte a la cobertura nubosa en un factor climático de gran relevancia, que no solo responde al cambio climático, sino que también lo potencia de forma sutil pero constante.

Más preguntas que respuestas en este reparto de la nubes
Aunque los mecanismos exactos detrás de este cambio en la nubosidad aún se están investigando, los expertos advierten que podría estar relacionado con factores como el aumento de las temperaturas de la superficie, la disminución de la humedad en ciertas capas atmosféricas, o incluso cambios en la circulación general.
Lo que queda claro es que entender mejor estos procesos se vuelve crucial para afinar los modelos climáticos y prever con más precisión la evolución del clima en las próximas décadas.
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