La aparición de las nubes noctilucentes tiene una relación demostrada con el aumento de la temperatura global del Planeta.
Múltiples estudios científicos avalan esta teoría, fundamentada en su propio proceso de formación y en la evidencia de que en las últimas décadas está aumentando su número y la temperatura superficial de la Tierra.
Ahora, un nuevo estudio de investigación profundiza al respecto, encontrando nuevas evidencias de esta causa-efecto.
Una rara imagen satelital
Para ilustrar el aumento inusitado de este tipo de nube en el Hemisferio Norte la misión AIM (Aeronomy of Ice in the Mesosphere) de la NASA ha logrado esta imagen satelital que muestra los efectos en la reflectividad de nuestro planeta cuando se forman las nubes noctilucentes.
Se basa en los datos obtenidos por el sensor del satélite el pasado 2 de julio de 2019 y viene a constatar que este verano está siendo especialmente prolífico en avistamiento de este tipo de nubes, incluso en la Península Ibérica, cuando lo acostumbrado es que se vean en las horas crepusculares en latitudes bastante más septentrionales.
¿Qué revela la imagen?
Puesto que a medida que la atmósfera inferior de la Tierra se calienta con la primavera y el verano, la atmósfera superior se enfría, durante el proceso, los cristales de hielo se acumulan en el polvo de los meteoritos y otras partículas, creando surcos azules eléctricos en el borde del espacio, generalmente de 80 a 85 kilómetros de altitud.
En el mapa AIM que mostramos encabezando esta noticia, las nubes noctilucentes aparecen en varios tonos de azul claro a blanco, dependiendo de la densidad de las partículas de hielo.
Estas son nubes de la atmósfera extremadamente alta que continúan reflejando la luz incluso una vez que el sol está debajo del horizonte para los observadores en el suelo.
Un aumento evidente en las últimas décadas
El programa AIM data de 2007. Desde entonces se ha ido viendo gradualmente nubes noctilucentes en latitudes más bajas y poco a poco han sido más abundantes en latitudes altas.
Aunque no todo es el calentamiento global, también está el factor del ciclo natural en juego puesto que, en este momento, el sol está cerca del punto más bajo de su ciclo de actividad de 11 años y un sol tranquilo produce menos de la radiación ultravioleta que destruye las moléculas de agua a gran altura.
La aparición de las nubes noctilucentes tiene una relación demostrada con el aumento de la temperatura global del Planeta.
Múltiples estudios científicos avalan esta teoría, fundamentada en su propio proceso de formación y en la evidencia de que en las últimas décadas está aumentando su número y la temperatura superficial de la Tierra.
Ahora, un nuevo estudio de investigación profundiza al respecto, encontrando nuevas evidencias de esta causa-efecto.
Una rara imagen satelital
Para ilustrar el aumento inusitado de este tipo de nube en el Hemisferio Norte la misión AIM (Aeronomy of Ice in the Mesosphere) de la NASA ha logrado esta imagen satelital que muestra los efectos en la reflectividad de nuestro planeta cuando se forman las nubes noctilucentes.
Se basa en los datos obtenidos por el sensor del satélite el pasado 2 de julio de 2019 y viene a constatar que este verano está siendo especialmente prolífico en avistamiento de este tipo de nubes, incluso en la Península Ibérica, cuando lo acostumbrado es que se vean en las horas crepusculares en latitudes bastante más septentrionales.
¿Qué revela la imagen?
Puesto que a medida que la atmósfera inferior de la Tierra se calienta con la primavera y el verano, la atmósfera superior se enfría, durante el proceso, los cristales de hielo se acumulan en el polvo de los meteoritos y otras partículas, creando surcos azules eléctricos en el borde del espacio, generalmente de 80 a 85 kilómetros de altitud.
En el mapa AIM, las nubes noctilucentes aparecen en varios tonos de azul claro a blanco, dependiendo de la densidad de las partículas de hielo.
Estas son nubes de la atmósfera extremadamente alta que continúan reflejando la luz incluso una vez que el sol está debajo del horizonte para los observadores en el suelo.
Un aumento evidente en las últimas décadas
El programa AIM data de 2007. Desde entonces se ha ido viendo gradualmente nubes noctilucentes en latitudes más bajas y poco a poco han sido más abundantes en latitudes altas.
Aunque no todo es el calentamiento global, también está el factor del ciclo natural en juego puesto que, en este momento, el sol está cerca del punto más bajo de su ciclo de actividad de 11 años y un sol tranquilo produce menos de la radiación ultravioleta que destruye las moléculas de agua a gran altura.
¿Qué son las nubes noctilucentes?
La nube noctulicente también conocida por nube polar mesosférica, se consigue ver sólo durante la noche y en ciertas zonas de la Tierra.
Se forma en la parte superior de la estratosfera, en altitudes entre 76 y 85 Km, rozando los límites del espacio.
Esa zona de la atmósfera, donde prácticamente no hay vapor de agua (la cantidad de agua allí es millones de veces inferior a la presente en la composición del aire existente en el Sáhara) se trata de la parte más fría de la envolvente terrestre, pudiendo descender la temperatura hasta los -125 ºC.
Brillantes, nacaradas, azul eléctrico
Su aspecto es el de un velo de color azul eléctrico, tan finas que sólo resultan visibles en contraste con un cielo oscuronocturno cuando el sol se ha puesto pero aún alcanza los confines superiores de la atmósfera.
Estas condiciones tan específicas se suelen dar solamente por encima de los 50 º de latitud, hacia ambos polos de la Tierra, en lugares como Escandinavia, Siberia o Escocia aunque se ha documentado su avistamiento en latitudes medias como Estados Unidos (en Washington y Oregon) y hasta en Turquía e Irán.
Incluso como os hemos comentado en alguna ocasión, este tipo de nubes han sido fotografiadas desde la EstaciónEspacial Internacional.
Referencia: https://www.nasa.gov/mission_pages/aim/daily-daisy/index.html
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