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Un nuevo estudio de investigación climática incide sobre la relación entre el deshielo marino en el Polo Norte y el cambio de circulación atmosférica en el Hemisferio Norte.

En concreto, el nuevo trabajo publicado en la revista científica Phys.org ha hallado una conexión entre la retirada del hielo marino de los mares de Islandia y Groenlandia con el cambio de la circulación de las corrientes del Océano Atlántico, lo que en última instancia tiene una influencia directa en el clima de Europa Occidental.

Hacia el enfriamiento de Europa Occidental

Como hemos explicado en muchas ocasiones, las corrientes oceánicas dominantes en el Atlántico son las responsables de que el clima en Europa Occidental en invierno no sea tan duro como en Norteamérica, donde es sensiblemente más frío.

El deshielo que se ha detectado en las últimas décadas en las latitudes árticas, tiene el suficiente potencial para provocar un enfriamiento sensible en Europa Occidental.

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Así lo indican los científicos de la Universidad de Toronto Mississauga (UTM) en Canadá junto con otros compañeros de Gran Bretaña, Noruega y Estados Unidos, capitaneados por el Profesor G.W.K. Moor del Departamento de Ciencias Químicas y Físicas de la UTM.

Debilitamiento de la Corriente del Golfo

La Corriente del Golfo, responsable del climatemplado’ que tiene Europa Occidental, tenderá a debilitarse en los próximos años ante la retirada del hielo marino.

Este suceso provocará que no haya tanta agua fría densa generada a través de la convección oceánica, proceso que se crea por la confluencia de los flujos cálidos de agua oceánica del Sur, alimentados por la corriente del Golfo.

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Las principales corrientes oceánicas del Planeta

Al no haber interacción frío-calor, la convección disminuye y la Corriente del Golfo se debilita, de manera que se reduce el calentamiento de la atmósfera en Europa Occidental.

La importancia de la Corriente del Golfo

Como bien es sabido, la Corriente del Golfo mueve el agua caliente del Atlántico Norte hacia el Oeste de Europa, proporcionando calor y humedad a la atmósfera, como si fuera un regulador térmico de esta región del Planeta.

Por otra parte, los sumideros resultantes de las aguas más frías y densas se hunden y vuelven al Sur a una gran profundidad para finalmente salir a la superficie en los trópicos, donde el ciclo, conocido como la circulación del Océano Atlántico Meridional, comienza de nuevo.

Entre los mares de Islandia y Groenlandia se produce el intercambio de calor capaz de cambiar la densidad del mar, de forma suficiente para que las aguas superficiales más frías se hundan y el ciclo continúe. Precisamente, el mayor intercambio aire-océano se produce en el borde del hielo marino.

Un 20 % menos de intercambio de calor

Si el hielo se retira de aquella zona, la de máximo intercambio de calor, se rompe el ciclo y se debilita la convección oceánica. Moore y sus colegas estiman que esa reducción de transferencia de energía océanoatmósfera llegaría al 20 %.

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Para llegar a estas conclusiones han utilizado datos de los inviernos de 1958 a 2014 que les proporcionaron el ‘European Centre for Medium-Range Weather Forecasts’ y simulaciones de modelos.

Referencia: http://phys.org/news/2015-06-retreating-sea-ice-linked-ocean.html