Aunque no podremos hablar oficialmente de ola de calor, el final de 2021 nos traerá valores termométricos anormalmente altos
Aunque no podremos hablar oficialmente de ola de calor, el final de 2021 nos traerá valores termométricos anormalmente altos.
Y es que hemos querido usar las mismas palabras que ha utilizado Rubén del Campo, portavoz de AEMET, para referirse al tiempo que despedirá 2021. Y es que las altas presiones, y la advección masas de aire cálido subtropical, van a propiciar un ambiente más propio de marzo o abril, que de fin de año.
Así que, estas lluvias de que hemos disfrutado en los últimos días, se van a terminar muy pronto. Regresa «el maldito» (el anticiclón). Y con él, un tiempo tranquilo, mucho más cálido durante el día.
Anticiclón subtropical cálido.
Los caprichos de la atmósfera han decidido que, tras un paréntesis lluvioso que no va a ser tan largo como desearíamos, tienda a formase una dorsal anticiclónica sobre nuestras cabezas.
Su formación será progresiva, y tenderá a formar un anticiclón en superficie, no demasiado potente, pero que garantizará el tiempo estable.
El mejor nivel atmosférico que hay que analizar cuando hablamos de temperaturas, es el nivel de 850 hPa. Equivale a unos 1500 m. de altitud, en una atmósfera estándar.
Viendo los mapas de altura geopotencial y viento a ese nivel (izquierda), se detecta la formación de una dorsal anticiclónica sobre nuestro país. La amplificación de esa dorsal viene a significar la expansión de masas de aire cálido subtropical desde el Atlántico meridional y el norte de África, en su franja tropical.
A la naturaleza cálida y relativamente húmeda de esas masas de aire, hay que añadirles el calentamiento adicional por compresión adiabática del aire. Es decir, en los anticiclones predomina el fenómeno de subsidencia, que es el descenso de las masas de aire y su compresión adiabática.
De esta manera, las temperaturas a nivel de 850 hPa irán subiendo, hasta alcanzar desviaciones de más de +10ºC sobre lo normal. Lógicamente, esto va a tener repercusión en las temperaturas cerca de superficie, las que sentimos y nos interesan más.
Temperaturas muy por encima de lo normal.
Imprescindible echar mano de los mapas del meteorólogo César Rodríguez, en los que vemos las tremendas desviaciones que supondrán las máximas que se alcanzarán en los próximos días. Desviaciones de entre +10 y +15ºC sobre lo que sería normal a estas alturas del año.
Será necesario tener en cuenta que, en aquellos valles y mesetas deprimidas en los que pueda formarse niebla, estas desviaciones no se producirán, como es lógico.
Respecto de las mínimas, también van a estar desbocadas, con valores muy por encima de lo normal en amplias zonas. No obstante, las desviaciones no van a ser tan pronunciadas ni tan generalizadas como en el caso de las máximas.
Estos mapas expresan cómo de raras serán las temperaturas que se alcancen, tanto mínimas como máximas. En el caso de las máximas, en muchos lugares se superará el percentil del 95%, lo que permite hacerse una idea de su rareza. ¿Se podrá registrar algún record? Lo veremos…
Se esperan valores cercanos a los 20ºC en diversos puntos costeros peninsulares, y solo hay que ver las anomalías de temperatura a 2 m. del mapa de la derecha. ¡Una locura! Porque no solo este ambiente cálido va a afectar a España, sino que se va a extender por muchos otros países vecinos, como Francia o Alemania.
Nos comeremos las uvas con un tiempo primaveral muy raro, o quizás excepcional, para esta época del año.
Muy bien explicado Miguel Ángel
Aberrante sin duda este próximo episodio de temperaturas muy anómalamente elevadas, después de un episodio de precipitaciones que por zonas del oriente andaluz ha sabido «a poco», si lo comparamos con la zona occidental, aunque por otra parte, era lo previsible. Al menos no parece especialmente duradero (4-5 días).
Por otra parte, «miedo» me da comprobar los titulares que saquen la prensa estos días al respecto…
Genial análisis, como siempre!! 🙂
Lo único que no me parece adecuado manejar el término «ola de calor» en esta época. Suficientemente convencido está ya el público general acerca de la idea de que en nuestro tiempo ya sólo hace calor (es una idea generalizada) como para alentar aun más esa idea desde fuentes serias y oficiales.
Aemet, desde sus perfiles, en vez de consolidar conceptos muy mediáticos pero algo confusos, podría utilizar otros conceptos y formas de expresión más técnicos y, al mismo tiempo, comprensibles…como, por ejemplo, episodio de temperaturas inusualmente altas o elevadas, etc…
Pero Aemet, en parte, ha sucumbido en ocasiones al empuje de la oleada sensacionalista. Me temo. ¿Por qué no utilizar entonces el concepto «ola de frío» cuando se registran marcadas anomalías negativas en verano? (como sucede con frecuencia sobre todo al comienzo del verano…).
Mi impresión es que genera más impacto mediático ahora y por eso se utiliza. Miedo me da el tratamiento que los medios darán a las temperaturas previstas en Nochevieja…
Un saludo!
Ese mismo ha sido mi pensamiento, no son pocas las veces que recién entrado el verano e incluso mediado julio, en plena canícula, se ha embolsado aire frío en altura dando lugar a temperaturas de 10-15 grados por debajo de lo normal acompañadas de fuertes tormentas por varios días y si alguien lo hubiese tratado como ola de frío, ¿dónde habría quedado su credibilidad cómo científico?
No es raro por estas fechas.
De Santa Lucía, 13 de diciembre, hasta Reyes se ha observado popularmente el tiempo para hacer la predicción del año venidero. Calendas de Santa Lucía.
Casi siempre hay un lapsus cálido(menos frío) entorno a navidad.