Un grupo de científicos constata sobre el mar la causa de la formación de las olas gigantes singulares

Un grupo de científicos ha constatado sobre el mar la causa de la formación de las olas gigantes singulares, de forma que han podido comprobar lo que la teoría formulaba en el laboratorio.

Estas enormes olas vagabundas, de una magnitud mucho mayor que las olas grandes, se forman a causa del viento, no por algún tipo de actividad sísmica, y en la fase joven de la ola, cuando ésta es más sensible al efecto de la energía eólica.

Diversos estudios científicos anteriores habían teorizado sobre su formación y otros habían demostrado que su frecuencia ha disminuido de forma importante en las últimas décadas, pero su tamaño estaba haciéndose mayor, lo que supone un peligro para los barcos que transitan por aguas abiertas de los océanos más tempestuosos.

¿Qué es una ola gigante o vagabunda?

Las olas se denominan como gigantes (o vagabundas, según la jerga del mundo del mar) cuando superan el doble de la altura del estado del mar promedio que las rodea, midiéndose desde la vaguada hasta el pico.

Los registros históricos han datado olas con más de 30 metros de altura, de forma que representan un serio peligro hasta para las embarcaciones de gran tamaño.

Las más feroces son capaces de dañar o hundir barcos, pueden herir o matar a miembros de la tripulación.

En ocasiones, han barrido a personas desde la costa hasta el mar.

¿Por qué se forman las olas gigantes singulares?

Según este trabajo de investigación realizado por científicos de la Universidad de Melburne, el papel del viento en la formación de olas rebeldes, es fundamental.

Las observaciones del equipo de investigación han validado que las condiciones marinas únicas con olas rebeldes surgen durante la etapa joven de las olas. En dicha etapa, las olas absorben mejor y más rápido la energía del viento lo que sugiere que los parámetros del viento son el eslabón perdido que los expertos estaban buscando.

El viento provoca en el mar una situación caótica en la que coexisten olas de diferentes dimensiones y direcciones. De esta forma, las olas jóvenes crecen más alto, más largo y más rápido, por lo que durante esa etapa la futura ola gigante o vagabunda se desarrolla desproporcionadamente a expensas de sus vecinas

¿Cómo realizaron el estudio?

Para llegar a estas conclusiones los investigadores utilizaron tecnología de última generación para la detección del oleaje, embarcándose en una expedición al océano antártico.

Emplearon cámaras estéreo a bordo del rompehielos sudafricano SA Agulhas II durante 2017, recopilando abundante y poco común información sobre el comportamiento de las olas en esta remota región.

Esta metodología imita la visión humana a través de imágenes secuenciales, de forma que fue posible reconstruir la superficie ondulada del océano en tres dimensiones, proporcionando una claridad sin precedentes sobre la dinámica de las olas del océano.