El huracán Felicia se convierte en un claro ejemplo de huracán anular en el arranque de la temporada 2021
El huracán Felicia se convierte en un claro ejemplo de huracán anular en el arranque de la temporada 2021.
Estos días, es muy posible que, a través de diferentes medios, y expertos en clima y meteorología, hayáis oído hablar de los huracanes anulares.
¿Qué es un huracán anular? A través del bonito caso que tenemos en curso en el Pacífico Noreste, con el huracán Felicia, trataremos de explicároslo.
Algunos conceptos preliminares
Lo primero que es necesario destacar es asociar la palabra «anular» con la palabra «huracán» puede llevar a confusión.
Recordemos que este tipo de ciclones tropicales, los huracanes, reciben nombres distintos según la parte del planeta en los que se desarrollan. Lo que se denomina terminología regional de tempestades.
Nos referimos a que, por ejemplo, en el Atlántico y en el Pacífico Noreste y Central, se les llama «huracanes«. Mientras que en el Pacífico Noroccidental, se les llama «tifones«. En otras regiones se les llama «tempestades ciclónicas«, etc.
Pero sea cual sea este nombre, la singularidad «anular», se puede dar en todos ellos, al referirse a un mismo fenómeno: un ciclón tropical organizado, cuyos vientos sostenidos superan los 120 km/h.
Es más; la singularidad anular se suele dar en aquellos que son intensos, de categoría 3 o superior en la escala de Saffir Simpson. Esto implica que, en todos los casos, observaremos el ojo bien definido, se llame huracán, tifón, o como sea.
¿Qué es un huracán anular?
La característica fundamental y más fácil de descubrir en un huracán anular, es su organización nubosa general.
Casi todos los huracanes están formados por bandas espirales de lluvia, mientras que los huracanes anulares, no.
En ellos predomina la apariencia de hoja de sierra circular (en inglés, «buzzsaw» shape), sin bandas espirales, con un anillo convectivo muy sólido, robusto y simétrico.
Simplificándolo mucho, podríamos decir que es un ciclón tropical perfecto.
El caso que se utiliza siempre, en todas partes, como referencia de qué es un huracán anular, es el huracán Isabel de septiembre de 2003, en el Atlántico Norte.
Este caso es muy especial. Porque a parte de apreciarse perfectamente la singularidad anular, con apariencia de hoja de sierra circular sin bandas espirales, su ojo es muy especial.
Presenta otra singularidad. La de «pinwheel eye«, u ojo con forma de llanta de vehículo.
Otra particularidad propia de los huracanes anulares es que tienen un comportamiento distinto al del resto. Son mucho más resistentes a condiciones ambientales que se vuelvan hostiles para su supervivencia.
De este modo, pueden mantener su intensidad, o incluso aumentarla, cuando la evolución de las condiciones ambientales se tornan hostiles, y cabria esperar un debilitamiento.
El caso del huracán anular Felicia 2021
El huracán Felicia adquiría características anulares temprano en la jornada de ayer 17 de julio de 201.
Según el científico Eric Webb, precisamente las condiciones ambientales de cizalladura del viento eran las más propicias para que tuviera lugar esta transformación.
La cizalladura del viento, es el cambio en la dirección y/o velocidad del viento con la altura.
Y si es capaz de organizar o destruir fenómenos convectivos a microescala, como son tormentas individuales, también es capaz de organizar o destruir sistemas mesoescalares o casi sinópticos, como los ciclones tropicales.
En este caso, combinada con otros factores, es capaz de provocar esta transformación en un ciclón tropical.
El huracán Felicia es un ejemplo totalmente clásico de huracán anular.
El meteorólogo Philippe Papin pone de manifiesto la resiliencia del huracán ante un ambiente cada vez más hostil.
De hecho, en ese momento, estaba enfrentándose a una gran masa de aire seco al oeste.
Al mismo tiempo, su nublado denso central o CDO (Central Dense Overcast), que viene a ser su anillo convectivo principal, se estaba enfriando.
Es decir, Felicia seguía intensificándose, dentro de su categoría 4 en la escala de Saffir Simpson.
Visto en perspectiva se aprecian mucho mejor sus características anulares. Además, es un huracán relativamente pequeño y compacto, además de muy fiero, con su categoría 4.
La increíble carrera tecnológica en la que está inmersa la ciencia del desarrollo de satélites meteorológicos y la teledetección / detección remota, permite descubrir cosas apasionantes relacionadas con estos ciclones.
Por ejemplo, cómo se producen ondas gravitatorias radiales provocadas por la intensa convección, que se propagan hacia afuera del ciclón desde su centro.
Y tal como nos referíamos respecto al comportamiento de los huracanes anulares, Felicia es un ejemplo claro de comportamientos inesperados.
Se esperaba una tendencia a perder intensidad… Pero Felicia ha decidido hacer lo contrario.
¿Llegará a alcanzar la categoría 5 durante el día de hoy? Quién sabe.
Con el Huracán Felicia hemos aprendido que es un Huracán Anular, nunca antes había escuchado ése término en un Huracán. Muchas gracias