Surgen recurrentes olas de calor en distintas zonas del mundo
Los científicos están detectando recurrentes olas de calor en distintas zonas del mundo, las cuales aparecen como focos críticos que están provocando daños en sus ecosistemas.
Un hecho que refuta la tendencia cálida que venimos arrastrando en las últimas décadas, de forma que no solo la temperatura media global del planeta crece año a año, sino que también se registran, paralelamente, intensas olas de calor extremas en zonas muy concretas.
Nuevos mapas revelan las regiones más afectadas
Este reciente estudio de investigación publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences nos ofrece el primer mapa global que identifica las zonas más vulnerables.
Estas regiones, distribuidas en todos los continentes excepto en la Antártida, aparecen como focos críticos donde el calor extremo ha causado estragos: desde pérdidas humanas masivas hasta la devastación de cultivos y bosques, además de incendios forestales de gran magnitud.
“Los márgenes inesperadamente amplios con los que los eventos extremos recientes han batido récords regionales nos hacen cuestionar si los modelos climáticos actuales pueden realmente anticipar el vínculo entre el aumento de la temperatura global y el riesgo climático local”, señala el informe.
Las zonas calientes del planeta
El estudio, liderado por Kai Kornhuber, investigador del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, analiza las olas de calor de los últimos 65 años.
Se han identificado áreas donde el calor extremo se está acelerando más rápido que las temperaturas promedio. Entre las regiones más afectadas se encuentran:
- China central, Japón y Corea
- Península Arábiga
- Este de Australia
- África central y oriental
- Territorios del Noroeste de Canadá y sus islas árticas
Un caso emblemático fue la ola de calor que en junio de 2021 azotó el noroeste de Estados Unidos y el suroeste de Canadá, donde la localidad canadiense de Lytton alcanzó una temperatura récord de 49,6 °C antes de ser arrasada por un incendio forestal al día siguiente. Este evento dejó cientos de víctimas mortales en los estados de Oregón y Washington.
El papel de la corriente en chorro
Los científicos han identificado patrones inusuales en la corriente en chorro del hemisferio norte, un “río” de aire de alta velocidad que normalmente delimita el aire frío del Ártico y las masas cálidas del sur. Sin embargo, el calentamiento acelerado del Ártico parece estar desestabilizando esta corriente, provocando ondas de Rossby que transportan aire cálido a regiones templadas, donde desencadenan olas de calor sin precedentes.
«Estos eventos extremos pueden estar siendo impulsados por mecanismos físicos que aún no comprendemos completamente», explica Kornhuber, quien también colabora con el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados en Austria.
Impacto desigual en el planeta
Curiosamente, el estudio señala que no todas las regiones están experimentando este ensanchamiento de los extremos térmicos. Zonas como el centro-norte de Estados Unidos, el centro-sur de Canadá, y parte de Sudamérica muestran un aumento de temperaturas más moderado, alineado con las predicciones de los modelos.
La “tormenta perfecta” detrás de las olas de calor
El caso del noroeste del Pacífico en 2021 es un ejemplo de cómo múltiples factores pueden coincidir para crear condiciones extremas. Según Samuel Bartusek, coautor del estudio, además de la alteración de la corriente en chorro, décadas de aumento gradual de temperaturas habían reducido la humedad en la vegetación de la región, lo que amplificó el impacto del calor.
Otro elemento fue la formación de ondas atmosféricas que trasladaron el calor del océano Pacífico hacia el continente, aumentando la temperatura en áreas que no están preparadas para soportar estas condiciones extremas, especialmente por la falta de aire acondicionado en muchas viviendas.
Bartusek lo resume así: “Este tipo de ola de calor es tan extrema que podríamos considerarla un ‘cisne negro’ —un evento impredecible—, pero quizá sea más acertado llamarlo ‘cisne gris’, algo en el límite entre lo improbable y lo posible”.
Recurrentes olas de calor en distintas zonas del mundo
El fenómeno de las olas de calor extremas plantea una pregunta inquietante: ¿estamos preparados para enfrentar un clima que desafía nuestras expectativas? A medida que avanzamos hacia un futuro más cálido, la capacidad de los modelos climáticos para predecir estos eventos será crucial para mitigar sus impactos en las regiones más vulnerables.
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