La llegada de los ríos atmosféricos ataca a la banquisa ártica

El incremento de la llegada de ríos atmosféricos al Polo Norte está afectando cada vez más al estado de la banquisa ártica, empeorándola.

Un estudio científico ha analizado la frecuencia con este tipo de eventos, tan comunes en la circulación atmosférica del hemisferio norte, se topan también con las costas árticas.

Y los investigadores concluyen que son el responsable de al menos un tercio de toda la disminución de la banquisa ártica durante el invierno.

Los ríos atmosféricos atacan a la banquisa ártica

Periódicamente os informamos acerca del estado de la banquisa ártica, llegando a menudo conclusiones similares: empeora de forma gradual en las últimas décadas y parece que con una tendencia incorregible, al menos, de momento.

Análisis del modelo GFS: Transporte de Vapor de Agua Integrado Verticalmente (IVT) y formación de río atmosférico de humedad, 21 de enero de 2017, 06 UTC.

Incluso durante el invierno, la banquisa ártica tiene tramos temporales en los que pierde superficie helada.

Y, a juicio de este grupo de científicos, la llegada de ríos atmosféricos a esas latitudes podría estar detrás de la pérdida de masa helada durante los meses invernales.

¿Qué es un río atmosférico?

La denominación «río atmosférico» como abreviación de «río atmosférico de humedad tropical», es muy apropiada. En cierta forma, copiamos al sistema estadounidense que, a estos sistemas meteorológicos, los denomina atmospheric rivers, de forma general.

Los ríos atmosféricos son regiones relativamente largas y estrechas en la atmósfera, como ríos en el cielo, que transportan la mayor parte del vapor de agua fuera de los trópicos.

Estas columnas de vapor se mueven impulsados por la interacción entre anticiclones y sistemas de baja presión. Por hacernos una idea, son capaces de transportar una cantidad de vapor de agua aproximadamente equivalente al flujo promedio de agua en la desembocadura del río Mississippi.

Ingentes cantidades de vapor de agua

Cuando los ríos atmosféricos tocan tierra, a menudo liberan este vapor de agua en forma de lluvia o nieve.

Aunque los ríos atmosféricos vienen en muchas formas y tamaños, aquellos que contienen la mayor cantidad de vapor de agua y los vientos más fuertes pueden crear lluvias e inundaciones extremas. Estos eventos pueden interrumpir los viajes, inducir deslizamientos de tierra y causar daños catastróficos a la vida y la propiedad.

Un ejemplo bien conocido es el Pineapple Express o Expreso de la Piña, un fuerte río atmosférico que es capaz de llevar la humedad de los trópicos cerca de Hawái a la costa oeste de los EE.UU.

En lo que a Europa Occidental respecta, también tenemos ríos atmosféricos de una intensidad equivalente o, simplemente, idéntica.

No todos los ríos atmosféricos causan daños; la mayoría son sistemas débiles que a menudo proporcionan lluvia o nieve beneficiosas que son cruciales para el suministro de agua.

Los ríos atmosféricos son una característica clave en el ciclo global del agua y están estrechamente relacionados tanto con el suministro de agua como con los riesgos de inundación.

Si bien los ríos atmosféricos son responsables de grandes cantidades de lluvia que pueden producir inundaciones, también contribuyen al aumento beneficioso de la capa de nieve.

Cada vez más tormentas, asociadas a los ríos atmosféricos, en el Ártico

En este trabajo científico, mediante observaciones por satélite y simulaciones de modelos climáticos, los investigadores descubrieron que estas tormentas asociadas a los ríos atmosféricos llegan cada vez más al Ártico.

Particularmente impactan en la zona de los mares de Barents y de Kara, frente a las costas septentrionales de Noruega y Rusia, precisamente durante el tramo invernal de crecimiento del hielo.

El trabajo recalca que la disminución del hielo marino se debe en buena medida a fenómenos meteorológicos extremos episódicos, los ríos atmosféricos, que se han producido con más frecuencia en las últimas décadas debido en parte al calentamiento global.

Como hemos comentado, la humedad cálida arrastrada por estas columnas atmosféricas aumenta la radiación descendente de onda larga, o calor emitido a la Tierra desde la atmósfera, y produce lluvia, y ambas cosas pueden derretir la delgada y frágil capa de hielo que vuelve a crecer durante los meses de invierno.

Cómo realizaron el estudio

Para llega a estas conclusiones, los investigadores analizaron múltiples imágenes de teledetección por satélite, observando el retroceso del hielo marino casi inmediatamente después de las tormentas fluviales atmosféricas.

Además, comprobaron que el retroceso persistía hasta 10 días después del evento.

Cuando llega este tipo de transporte de humedad al Ártico, el efecto no es sólo la cantidad de lluvia o nieve que cae de él, sino también el potente efecto de fusión sobre el hielo.