Un nuevo estudio de investigación ha demostrado que no hay relación alguna entre la lluvia y el dolor
Un nuevo estudio de investigación ha demostrado que no hay relación alguna entre la lluvia y el dolor.
Se trata de un exhaustivo trabajo llevado a cabo durante 10 años entre millones de pacientes de Estados Unidos.
El trabajo descarta nuevamente una conexión que para muchas personas es una realidad, pese a que diversos trabajos de investigación hayan revelado lo contrario.
No es el primer estudio que demuestra algo similar, hace unos años os dimos cuenta de otro trabajo realizado científicos del Instituto de Salud Global de Sidney (Australia).
Ahí se concluía que los cambios meteorológicos no tienen ninguna influencia en los dolores osteomusculares.
11 millones de visitas médicas analizadas
Para los investigadores este trabajo de análisis se trata de la mayor observación en este campo realizada hasta ahora, al partir de los datos de 11 millones de visitas médicas realizadas a profesionales de la medicina.
Se realizó entre 2008 y 2017 contando con informes meteorológicos oficiales de Estados Unidos.
Solo el 18 % constató una relación lluvia-dolor
Aunque existe la creencia de la lluvia o el frío provocan una agudización de los dolores musculares o esqueléticos, las investigaciones al respecto afirman lo contrario.
Se trata de algo que afecta principalmente a personas que sufren de artritis o de reúma. Pero el vínculo ha sido desmentido en más de una ocasión por distintos estudios científicos.
En este trabajo, solo el 18 % de los 11 millones de consultas hallaron una relación entre la aparición o la intensificación del dolor y la existencia de una climatología más adversa.
¿Cómo realizaron el estudio?
Para llevar a cabo la investigación, los científicos cruzaron millones de consultas médicas en Estados Unidos con la información meteorológica registrada durante cuatro años en las localidades donde vivían esas personas.
El estudio contó con la colaboración del programa de seguridad social Medicare formado por pacientes de más de 65 años.
Todos diagnosticados con dolencias como artritis reumatoide, osteoartritis, espondilosis, trastornos del disco intervertebral y otros trastornos articulares no traumáticos.
Los resultados clínicos se analizaron con los días lluviosos y no lluviosos en el periodo establecido para la investigación.
Una base de datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, les permitió a los investigadores saber cuáles fueron los días lluviosos y cuáles no.
Luego cruzaron ambas referencias para encontrar alguna relación.
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