Winter is coming! Si eres un seguidor de la popular serie de ficción Juego de Tronos seguro que sabes de que estamos hablando: la llegada de un invierno muy severo a la época en la que se desarrolla la trama es uno de los grandes elementos que intervienen en esta apasionante historia.

¿Qué explicación científica podría tener la llegada de un tiempo invernal tan duro a unas zonas donde el clima es templado o como mucho frío?

Un grupo de estudiantes de la Universidad de Johns Hopkins ha desarrollado una teoría que razonaría lo que va a ocurrir en los Siete Reinos.

Estaciones erráticas

El trabajo que se puede leer en este enlace de la Universidad de Cornell, explica el por qué se podrían desarrollar unos cambios estacionales tan erráticos, de forma que Reinos que disfrutan de un clima templado como el de la Roca, también conocido como Poniente y donde dominan los Lannister, podrían sufrir pronto un tiempo invernal duro… y que otros reinos fríos como el del Norte que controlan los Stark podrían pasar a ser lugares inhabitables.

El eje de rotación del Planeta

Como todos sabéis nuestro Planeta tiene un eje de rotación que presenta una inclinación respecto a la vertical del plano de su órbita alrededor del sol.

Dicha inclinación (de 23,4 grados) es la responsable de que en verano los rayos de nuestra estrella lleguen casi perpendiculares al suelo, mientras que en invierno lo hacen de forma casi paralela.

Así, en verano el sol llega con mayor intensidad mientras que en invierno la timidez de los rayos solares provoca el enfriamiento de nuestra atmósfera.

Si el eje se inclina más…

Si el eje de la Tierra fuera más inclinado, las estaciones serían más extremas.

Por ejemplo  el eje planetario de Neptuno tienen una inclinación de casi 90 grados y allí es noche e invierno durante la mitad de su año (el equivalente a 42 años terrestres). Si eso ocurriera en la Tierra, tendríamos inviernos rigurosísimos…

¿Y si el eje varía su inclinación?

En este caso estamos en el presumible escenario del Planeta de Juego de Tronos.

Si el eje del Planeta cambiara en diferentes épocas, lo que ocurría cada muchos años, podría suceder lo que la serie reproduce: se suceden las estaciones en el tiempo de forma habitual pero cada cierto número de años su intensidad se recrudece, de forma que tienen lugar inviernos extremadamente duros.

El satélite del Planeta entra en juego

La Tierra cuenta con un satélite relativamente grande, el cual es el responsable de que el eje de inclinación sea estable.

Ese factor no ocurre por ejemplo en Marte, donde su eje de rotación varía ligeramente.

En el Planeta de Juego de Tronos sabemos que hubo una época que tuvo Luna, pero que colisionó con el sol lo que liberó a miles de dragones

Este suceso que se cuenta en el episodio The Kingsroad provocó que el Planeta de Juego de Tronos quedara un tanto descontrolado y que su eje de rotación empezara a ser variable desde ese evento.

O una órbita extremadamente larga

Otra explicación podría ser que ese fantástico mundo orbitara alrededor de un sol a través de una órbita muy larga, lo que provocaría que al pasar por su punto más lejano provocara la llegada de un invierno largo y severo

Además, se sabe que las órbitas no circulares provocan insolaciones diferentes en función de la posición del planeta alrededor de la estrella, lo que podría ser otro factor añadido en esta hipótesis.

Las variaciones orbitales o ciclos de Milankovitch

Volviendo a la Tierra, no hay que olvidar que nuestro Planeta sí que presenta ciertos cambios en su órbita y la inclinación de su eje, aunque en períodos de tiempo larguísimos para la escala humana.

Se trata de las variaciones orbitales o ciclos de Milankovitch, las principales causantes de los periodos glaciales holocénicos.

Como puedes leer en Wikipedia, estos ciclos serían los responsables de que nuestro Planeta tenga una ligera excentricidad y de que el eje de rotación posea un movimiento denominado precesión, que consiste en un giro alrededor de la vertical del plano de traslación de la Tierra alrededor del Sol, de manera análoga a un trompo o peonza, en un ciclo de 26.000 años.

La orientación de la órbita de la Tierra también cambia, pero más lentamente y la combinación de ambos movimientos producen un ciclo de 21.000 años.

Además, la inclinación del eje de rotación varía entre 22.1 y 24.5 grados, algo que sucede en un ciclo de 41.000 años.