El Niño y su impacto en la atmósfera global del planeta

Ahora que ya sabemos que se está produciendo un cambio de fase del ENSO en el Pacífico, es necesario saber cuáles son los impactos de El Niño en la atmósfera del planeta.

Esto incluye a la temporada atlántica de huracanes 2023, cuyo comienzo está cada vez más próximo. Recordemos que la temporada dará comienzo de forma oficial el 1 de junio.

El impacto de El Niño en la temperatura de las aguas oceánicas en la región El Niño del Pacífico

El ENSO (El Niño Southern Oscillation) surge de los cambios en el Océano Pacífico tropical. Entonces, ¿por qué el ENSO afecta a los patrones meteorológicos en porciones considerables del globo, incluidas algunas regiones muy alejadas del Océano Pacífico tropical? ¿Importa la fuerza de ENSO para los impactos globales?

El ENSO afecta la temperatura de la superficie del mar (Sea Surface Temperature, SST) en regiones donde la pesca es una industria importante para algunos países. Un ejemplo destacado es la pesca de la anchoa que se realiza rutinariamente frente a la costa noroeste de Perú. Cuando ocurre El Niño, las aguas calentadas se vuelven desfavorables para los peces, que huyen hacia aguas más frías, lo que se traduce en malas campañas que perjudican la economía peruana.

Pero las SSTs anormales del Pacífico tropical son solo el comienzo de la historia de los impactos del ENSO. Cuando ocurre El Niño, el Océano Pacífico tropical central y oriental se vuelve más cálido que el promedio. Con la SST elevada, hay más actividad tormentosa, o convección, de lo habitual sobre las aguas del Pacífico tropical central y oriental. Esta convección es causada por el aumento de la temperatura y la humedad en el aire justo encima del agua calentada.

Este aire cálido y húmedo se eleva para formar nubes de tormenta. El proceso provoca un calentamiento latente en la atmósfera superior: el calor de la superficie calentada del océano se libera cuando el vapor de agua se condensa en nubes y lluvia. Con más tormentas de lo habitual, la atmósfera superior se calienta más de lo habitual, y este calor adicional pone en marcha otra serie de efectos importantes.

Célula de Hadley en la atmósfera

El aire ascendente en el Pacífico tropical puede ramificarse desde el ecuador hacia las latitudes más altas, tanto hacia el norte como hacia el sur. Esto contribuye a los complejos patrones de circulación que ayudan a establecer las características climáticas promedio en todo el mundo.

Este movimiento de aire hacia los polos en la atmósfera superior, el movimiento subsidente sobre los subtrópicos y el flujo de retorno en los niveles más bajos de la atmósfera hacia la presión más baja en el ecuador, se denomina circulación de Hadley (ver figura).

Cuando El Niño provoca un calentamiento excesivo en la atmósfera superior del Pacífico tropical, el flujo de aire hacia los polos se vuelve más vigoroso.

El cambio en la fuerza de la circulación de Hadley conduce a modificaciones en los patrones de circulación en todo el mundo, incluida, por ejemplo, la posición de la corriente en chorro que fluye de oeste a este sobre el Pacífico Norte en los meses de invierno.

El Niño tiende a conducir a una corriente en chorro alargada que puede extenderse hasta América del Norte y traer un suministro de borrascas superior al promedio en la parte sur de los Estados Unidos.

Teleconexiones: la relación clave con la atmósfera del planeta

Al fortalecer la circulación de Hadley, El Niño puede desencadenar una cascada de desviaciones notables de los patrones normales de lluvia en todo el mundo.

Los cambios en la circulación atmosférica y los subsiguientes impactos meteorológicos a nivel del suelo que se extienden por todo el mundo se denominan teleconexiones de El Niño (ver figura). Los patrones de teleconexión surgen en las simulaciones climáticas y aparecen en las observaciones históricas.

Las observaciones desde 1950 indican que los impactos durante El Niño dependen de la estación. La figura muestra los cambios y durante las estaciones que se espera que El Niño produzca en todo el mundo.

El Niño y su impacto en la atmósfera

Debe enfatizarse que mientras estos impactos son probables durante El Niño, no es seguro que ocurran. Sin embargo, cuanto más fuerte es El Niño, más probables son los efectos secundarios de la teleconexión.

También existe cierta correlación entre la fuerza de El Niño y la severidad de los efectos (Lyon y Barnston, 2005), pero, nuevamente, se debe enfatizar que tampoco aquí hay garantías.

Los efectos más confiables de El Niño son lluvias deficientes sobre Indonesia y el norte de América del Sur, y lluvias excesivas en el sureste de América del Sur, el este de África ecuatorial y el sur de los Estados Unidos.

¿Efectos en Europa y en España de El Niño?

Hasta donde sabemos, los efectos del ENSO en nuestro país suelen ser prácticamente nulos. No hay estudios en que se encuentre correlación alguna entre las fases del ENSO y determinados patrones meteorológicos en nuestro país.

Se solía decir que la fase de El Niño con frecuencia se asociaba a periodos de sequía. Falso, puesto que precisamente venimos de una «triple Niña», y ya sabemos la sequía tan desastrosa que venimos arrastrando.

Impacto sobre la temporada atlántica de huracanes 2023

Los científicos, analistas del clima y meteorólogos, apuestan porque esta fase de El Niño, que se dará en el próximo otoño e invierno, inhiba la formación de ciclones tropicales atlánticos.

Sin embargo, parece que la dinámica atmosférica todavía se tomará su tiempo para responder a esta fase de El Niño en el Pacífico.

Esto es, se esperan condiciones de NAO- en el Atlántico, con el anticiclón subtropical debilitado, lo cual puede permitir que las temperaturas de las aguas superficiales puedan subir incluso más.

Algunos estudiosos del tema se preguntan si realmente El Niño tenderá a suprimir la actividad de ciclones tropicales atlánticos, o si no llegará a tiempo de hacerlo.

Precisamente esta circunstancia hace que desde el Departamento de Físicas Atmosféricas de la Universidad de Colorado en USA, se apueste por una temporada con una actividad solo ligeramente por debajo de la media.

Esta es la apuesta preliminar desde este organismo, en su primera predicción previa a la temporada de huracanes atlánticos, que se lanza a mediados de abril de cada año.

Ya veremos si la atmósfera decide obedecer a la teoría, o si sigue sus propias normas…