El modelo del ECMWF abre una ventana a la esperanza mostrando en sus mapas lluvias a una semana vista

El modelo del ECMWF abre una ventana a la esperanza mostrando en sus mapas lluvias a una semana vista.

A 7 días vista la probabilidad de que se cumpla ese escenario concreto, el que muestra la salida determinista, es ciertamente baja y tampoco va acompañado por el refuerzo en el pronóstico de otros modelos numéricos.

Pero lo cierto es que en estos momentos es la noticia más esperada y nos agarramos a esta opción como a un clavo ardiendo, pues los clústeres le dan cierta verosimilitud.

Y todo ello tras unos meses muy secos en casi toda España que han puesto los recursos hídricos y la humedad del campo en niveles muy preocupantes.

Otro mes más que se nos fue, un enero muy seco

Para comprender qué puede estar sucediendo estas semanas en la atmósfera, Pablo Fernández nos ilustra con algunos mapas y comentarios en nuestro foro las principales claves de esta sequía.

En primer lugar, si nos fijamos en el mapa que muestra la media de la altura geopotencial a 500 hPa, vemos un patrón algo ondulado, pero con un número de onda pequeño, k=3.

Es decir, podemos contar 3 dorsales y 3 vaguadas en todo el hemisferio norte (recuerdo que esto es una media del mes entero).

Las dorsales se encuentran en la costa oeste de EEUU, en Europa occidental y en el entorno de la meseta tibetana.

Al ser el número de onda pequeño, se deduce que las ondas de Rossby (vaguadas y dorsales) han tenido bastante longitud y, por tanto, su velocidad de traslación ha sido pequeña.

Una dorsal perenne

Es decir, hemos tenido un patrón de ondas ciertamente estacionarias, con la mala suerte de que a nosotros nos ha tocado la dorsal.

En California, por ejemplo, creo que no ha caído ni gota en todo el mes, fruto de la dorsal que afecta a la costa oeste de EEUU y que apenas se ha movido.

Otro factor que ha contribuido ha sido el lóbulo del vórtice polar troposférico que se ha situado en el noreste de Canadá (se puede apreciar por el mínimo de altura geopotencial).

El aire muy frío que asocia, al encontrarse con aguas atlánticas, da lugar a un entorno muy proclive a la formación de importantes borrascas que arrastran la masa de aire cálido subtropical hacia nosotros.

Sería muy interesante indagar en el tema teleconexiones, para ver hasta qué punto han podido influir la ENSO, la QBO, MJO y la estratosfera en todo esto.

Arranque estable de la semana

Actualmente, la configuración es de NAO positiva, con un anticiclón de unos 1.035 hPa al norte de las Azores y centros de bajas presiones al sureste de Groenlandia y oeste de la península escandinava de 975 y 960 hPa, respectivamente.

Y así parece que va a continuar durante las próximas jornadas, al menos hasta la mitad de la nueva semana, las altas presiones seguirán ejerciendo su poder sobre nosotros.

Únicamente podríamos destacar que el flujo húmedo de levante aporte nubosidad y alguna lluvia a la costa mediterránea, de forma casi anecdótica.

Una ventana a la esperanza ¿lluvias en una semana?

A más largo plazo, el modelo del ECMWF apunta a que una vaguada podría estrangularse a su paso por la vertical de la Península Ibérica.

Eso ocurriría hacia el fin de semana próximo. Podría atravesarnos un frente frío, formarse una DANA en nuestro entorno o incluso una borrasca si la vaguada fuera más profunda y el anticiclón cediera más.

El pronóstico de la salida determinista nos da una posible solución, que a 7 días vista tiene muy pocas probabilidades de cumplirse.

Pero hemos de observar el pronóstico como una opción a que un escenario similar tenga lugar, algo que refutan los agrupamientos (o clusters, en inglés) de dicho modelo.

No nos queda otra opción que esperar, algo a lo que estamos acostumbrados y confiar en que los pésimos pronósticos estacionales se equivoquen y cambie pronto la tendencia.