Según una investigación aquella enorme erupción volcánica en la zona ecuatorial provocó una superglaciación
Hace alrededor de 717 millones de años, una erupción volcánica de enorme magnitud provocó una superglaciación.
Gue tan extensa que cubrió la Tierra de un manto de hielo y nieve como nunca se ha conocido.
Este evento climático podemos conocerlo gracias al trabajo de la Universidad de Harvard, que apunta a que el responsable de este evento climático extremo fue la erupción volcánica masiva en una zona ubicada en el Ecuador.
Un evento volcánico de enorme magnitud
Según podemos leer en Geophysical Research Letters antes de que tuviera lugar la superglaciación se produjo un evento volcánico de inusitada intensidad sobre lo que hoy conocemos como Alaska y Groenlandia.
Esas regiones en esa época se situaban en el Ecuador y devastaron completamente aquella la región del Planeta a lo largo de un período de tiempo de al menos 10 años.
Aquella erupción volcánica inusitada provocó una superglaciación, la Tierra era una bola de nieve
De la existencia de esta superglaciación solo se tiene constancia por los registros geológicos encontrados y según nos cuentan los especialistas fue tan extrema que se la conoce como Tierra “bola de nieve”.
De hecho, los océanos se cubrieron de una capa de hielo y las temperaturas bajaron a una media de 50 ºC bajo cero.
Se estima que aquel período se desarrolló durante unos 12 millones de años.
Recreación artística de la superglaciación
Ocurrió allá por el Precrámbrico
Al arrancar su investigación los profesores Francis Macdonald y Robin Wordsworth, ambos de Harvard, pensaron que el enfriamiento pudo deberse a cómo la roca basáltica liberada por el volcán interactuó con el CO2 de la atmósfera.
Pero entonces la bajada de temperaturas debería haber sido mucho más gradual por lo que esa opción fue descartada.
Aunque la palabra Precrámbico nos evoca quizás a un clima templado subtropical, la combinación de la erupción volcánica masiva en aquella zona del Planeta y la acción de las corrientes marinas provocaron que el Planeta pasara de ser un lugar paradisíaco a otro casi inhabitable.
Las erupciones volcánicas en la actualidad
Como os hemos contado en otras ocasiones en nuestro blog, en la actualidad si las erupciones volcánicas tienen la suficiente magnitud, pueden afectar al clima a nivel global, pero ahora parece imposible que puedan hacerlo como ocurriera con esta superglaciación.
Es sabido que las partículas en suspensión expulsadas por los volcanes a la atmósfera provocan un enfriamiento muy rápido en las condiciones adecuadas.
El dióxido de azufre
En aquella remota ocasión se produjo una tormenta perfecta: los hallazgos geológicos revelan que la erupción liberó cantidades masivas de dióxido de azufre, una sustancia que si llega a la estratosfera, bloquea de manera muy efectiva la luz solar.
En condiciones normales la estratosfera está demasiado alta como para que estas partículas la alcancen en gran cantidad.
Pero, la altura de la tropopausa (la frontera entre la troposfera y la estratosfera) es variable, dependiendo mucho del punto del planeta y la temperatura general.
Cuánto más baja es la temperatura del Planeta más baja queda dicha frontera.
Aquellas erupciones coincidieron con un período en el que la tropopausa estaba más baja de lo normal y la Tierra algo más fría.
Este hecho favoreció que el dióxido de azufre bloqueara la llegada de la energía del sol a la atmósfera.
La deriva continental
Por si no fuera poco, en aquella época la deriva continental situaba Alaska y Groenlandia en el Ecuador, con lo que las nubes de las erupciones bloquearon la luz del sol en el lugar en el que más calentaba, restando a la Tierra de una gran cantidad de energía solar.
Una vez la capa de hielo se extendió lo suficiente, la cantidad de luz del Sol que reflejaba alcanzó un punto crítico (el efecto albedo).
Al reflejarse demasiada luz y calor lo que hubiera sido una glaciación más se convirtió en una superglaciación.
Recreación artística de la superglaciación
¿Volverá a repetirse?
La respuesta es sí. Aunque, para los investigadores, este tipo de eventos suceden cada mucho tiempo a escala humana, por lo que no hemos de preocuparnos.
Son la norma, no la excepción, desde un punto de vista de la vida geológica de la Tierra.
Otra cuestión es también la emisión de calor de la tierra por la radioactividad del manto.
No es «dióxido de SULFURO» sino «dióxido de AZUFRE». ¡Cuidado con esas traducciones!
Hola Gonzalo.
Menudo gazapo… Gracias por la aclaración.
Saludos.
Una pregunta que siempre me hize y todavia no he encontrado una respuesta valida que me parezca razonable.
Siendo la tierra una bola de hielo y nieve se reflejaria el 100% de la radiacion solar,como bajo esas condiciones pudo alcanzar una temperatura suficiente para que empezara a fundirse?
Buenas, pues pueden producirse varios factores:
Al haber tanto hielo, poco a poco se incrementa el efecto invernadero provocado por la acumulación de dióxido de carbono emitido por los volcanes (los mares gélidos no tienen capacidad para absorberlo).
Llega un momento en que se forma tanto hielo que ya no se producen muchas precipitaciones. Y sin precipitaciones, el hielo va retrocediendo al cabo del tiempo.
Otro factor es que al haber mucho hielo, se reduce la circulacion de aire y agua entre un hemisferio y el otro, y esto hace que los tropicos se vayan calentando poco a poco. El punto donde se cruza el agua calida de los tropicos y la fria de los polos se va desplazando poco a poco y va alterando el clima de manera global.
Hay mas factores, pero esos son algunos de los mas importantes.
Quizá con el paso del tiempo el núcleo está mas frío y la actividad volcánica va a menos…y con ello cae la probabilidad de repetición de estos hechos…
Aunque suene raro el motor de la vida en la tierra proviene de la desintegración radiactiva de los materiales del manto. Está energía genera las fuerzas que hacen posible la tectónica de placas y en ese ambiente, en las dorsales oceánicas es donde se cree surgió la vida. Ahí se han encontrado las biomoléculas más antiguas, el ARN.
No todo el calor proviene de la energía solar.