Durante los próximos días se registrarán lluvias ligeras en el litoral sureste de la Península Ibérica y en zonas de las Canarias
Durante los próximos días se registrarán lluvias ligeras en el litoral sureste de la Península Ibérica y en zonas de las Canarias.
Unas precipitaciones que no servirán para paliar la sequía en esas zonas y que no llegarán a muchas otras que siguen pendientes del cielo.
Y todo ello, sin que los pronósticos nos den señales de lluvias importantes a medio plazo.
Enero acabará muy probablemente seco o muy seco en buena parte de España.
Lluvias ligeras en el litoral sudeste y Canarias
Algo es algo. Ciertas zonas del litoral sureste de la Ibérica y de Canarias recibirán precipitaciones durante la primera mitad de la semana.
La presencia entre las Canarias y el Golfo de Cádiz de un ligero embolsamiento de aire frío en altura, junto con el flujo de levante en el mediterráneo será la causa de esta ligera inestabilidad.
Barro en las Canarias y algunas lluvias más importantes en las zonas altas prelitorales mediterráneas
En las Canarias, este viento del este, está provocando una intensa calima en buena parte del archipiélago, la cual traerá chubascos de barro en las zonas en las que llueva.
También la calima ha llegado a zonas del tercio sur peninsular.
Las lluvias en el litoral mediterráneo sudeste de la Ibérica no serán significativas, salvo en zonas altas prelitorales orientadas al viento marítimo. En algunas de estas montañas sí pueden darse lluvias más reseñables.
Pero, desgraciadamente, la cosa no debe pasar de ahí y el potente anticiclón atlántico debe descender de latitud conforme avance la semana, soldarse con la pertinaz dorsal africana y alejar hacia el interior del océano esta bolsa de aire frío en altura.
Un enero muy seco
Como comenta Pablo Fernández en el foro de cazatormentas, el mes de enero está siendo un mes eminentemente anticiclónico.
Un vistazo rápido a la media desde el día 1 hasta el 19 de la altura geopotencial a 500 hPa y la presión en superficie lo corrobora:
En estos momentos, se aprecia que el patrón, en conjunto, ha sido de NAO positiva, con las altas presiones centradas en el entorno de la península ibérica.
En cuanto al geopotencial, se intuye una amplia dorsal afectando al oeste de Europa, aunque varias entradas de aire frío han incidido sobre Europa oriental.
Este patrón, como resultado, nos ha traído días de tiempo muy estable, con acusadas inversiones térmicas fomentadas por el escaso viento:
La situación nos trae algunos cambios, pero insuficientes
Aunque seguimos bajo el dominio de las altas presiones, encontramos bastantes matices.
Para empezar, el aire frío se nos sigue “colando” poco a poco desde el Mediterráneo y desde el noroeste.
El aire frío que llega desde el noroeste se debe a la vaguada corta previamente citada, que no da mucho más de sí por la gran intensidad de los vientos zonales, que hacen que el “grueso” del aire frío se mantenga muy al norte.
Acompañando a este descuelgue de aire frío se encuentra cierta curvatura ciclónica de las isobaras al oeste de Irlanda. Por su parte, la borrasca que se formó frente a la costa este de EEUU empieza a ser dirigida por el chorro hacia latitudes más altas. Y si avanzamos un día más en el pronóstico (martes 25):
El aire frío continúa en la península ibérica, pero la circulación en superficie sigue siendo anticiclónica.
Con esto, lo que cabe esperar es que en el interior se mantenga una situación similar a días anteriores, mientras que el flujo húmedo de levante podría dar lugar a precipitaciones, en principio débiles y dispersas, en puntos costeros del Mediterráneo.
Otro gallo cantaría si estuviéramos en meses veraniegos, donde el calentamiento superficial fomentaría la convección, pero estando en enero estas situaciones no dan mucho más de sí.
Embolsamiento de aire frío en altura, pero débil y lejano
Además, el aporte de aire frío en niveles altos no es demasiado como para dar lugar a precipitaciones relevantes.
Conviene apuntar, no obstante, que existe cierta incertidumbre sobre la vaguada que se descolgaría desde el noroeste, como denotan esos tonos morados al oeste y noroeste de la península ibérica.
Lo más que podemos esperar, con esta situación, es que el chorro no sea tan intenso y permita que esa vaguada pueda estructurarse/organizarse un poco más, permitiendo esto un mayor aporte de aire frío en nuestro entorno y una bajada de presión más acusada.
Un vistazo a los distintos modelos
Es lo que algunos modelos como GEM o ARPEGE están sugiriendo.
El modelo del centro europeo asigna, por el momento, una probabilidad muy baja a dicho escenario.
En cualquier caso, se trataría de una situación que no repercutiría en los embalses, que es al fin y al cabo lo que necesitamos. ¿Y hasta cuándo va a durar esto?
Es la pregunta del millón, porque lo de la sequía empieza a ser serio en algunas zonas.
Pues la solución pasa por que la corriente en chorro tan intensa empiece a disminuir su intensidad, permitiendo esto que se formen vaguadas y dorsales, y que estas se coloquen de forma que nos favorezca. Que se forme un rombo sería mucho mejor, desde luego, pero parece la solución menos realista a día de hoy.
Si echamos un vistazo a los índices de la NAO y AO, vemos que la mayoría de los miembros apuestan por una NAO positiva.
La AO sí que presenta bastante dispersión para comienzos de febrero, aunque hasta entonces se mantendrá muy probablemente en valores muy positivos.
Por lo tanto, las predicciones de estos índices no nos invitan a ser muy optimistas en el medio plazo.
Asimismo, el ensemble del centro europeo está siendo muy consistente en señalar un patrón de NAO positiva, con las altas presiones en nuestro territorio, hasta donde llega el pronóstico (15 días), y las actualizaciones semanales de dicho modelo están siendo muy consistentes también con esto.
En resumen…
Lo “bueno” es que basta con que se produzca un pequeño cambio en la predicción a corto plazo para que la predicción semanal se vaya al traste (véase por ejemplo lo que pasó en diciembre, que esta predicción daba 4 semanas seguidas intuyendo un rombo y al final fue lo de Nochebuena-Navidad, y dando gracias).
En cuanto a las predicciones estacionales, más de lo mismo, y en este sentido sorprende el consenso casi unánime en señalar un febrero con circulación zonal alta, lo cual traería escasas precipitaciones a nuestro entorno y temperaturas por encima de la media.
En conclusión, veremos cómo se resuelve la situación de aire frío la semana que viene, la cual puede traer precipitaciones a puntos del Mediterráneo (en principio, poco importantes).
Y para después, yo creo que lo mejor que podemos esperar (o desear de forma realista) es que, dentro de esa circulación zonal, se produzcan varias entradas rápidas y pasajeras de aire frío húmedo desde el Atlántico.
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