En las próximas décadas serán más frecuentes los eventos cálidos durante el invierno en el Ártico. Así lo indica un estudio de  investigación realizado por científicos de diversos países del mundo que ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Geophysical Reserch Letters.

Como os hemos contado en otras ocasiones, no cabe duda de que lo que sucede en el Ártico tiene una importancia trascendental en la circulación atmosférica del Atlántico Norte, lo que podría repercutir en que España se vea afectada por un mayor paso de las borrascas atlánticas como consecuencia de la meandrización del chorro polar, consecuencia inmediata de la aparición de los citados eventos.

Más eventos que hace tres décadas

Los investigadores han constatado que los eventos cálidos durante el invierno en el Polo Norte han aumentado y prevén que cada vez sean más frecuentes y duraderos, lo que implicará que la banquisa ártica continuará disminuyendo su extensión.

Sin ir más lejos, el pasado otoño-invierno 2016-2017 nos hicimos eco en varias ocasiones de los episodios templados que afectaron con bastante frecuencia al Ártico.

Episodios normales, aunque no con tanta frecuencia

Este tipo de situaciones meteorológicas son normales, de hecho favorecen la bajada de las borrascas hacia latitudes más al Sur del Atlántico Norte y suelen presentarse entre otoño e invierno, que es cuando la masa de hielo crece y se espesa.

Aunque lo habitual es que en ese tramo del año las temperaturas alcancen un máximo de -30 ºC no es extraño que se presenten episodios cálidos en los que las temperaturas lleguen a -10 ºC. La novedad llega porque en las últimas décadas estas situaciones se están haciendo cada vez más frecuentes.

Concretamente desde 1980 se están produciendo hasta seis eventos de calentamiento cada invierno en la región del Polo Norte. Por ello, han habido periodos cálidos en pleno invierno ártico, tal y como lo reveló el periodo de invierno de 2015-2016, donde se reportaron temperaturas de casi 2 ºC más cálidas de lo normal.

Por ejemplo, a finales de diciembre de 2015, los científicos registraron una temperatura de 2.2 ºC en el Ártico Central, siendo la temperatura más cálida jamás registrada en esta región de diciembre a marzo.

La banquisa ártica afectada

Como resultado de ello, se ha limitado el crecimiento normal del hielo según podemos leer en este estudio publicado en Geophysical Reserch Letters

Además, los científicos han descubierto que cada evento de calentamiento ha estado asociado con tormentas importantes que han entrado en la región, durante las cuales los vientos fuertes del Sur soplan aire cálido y húmedo desde el Atlántico hasta el Ártico.

A juicio de los investigadores, cuantas más tormentas de esta naturaleza se presente, más eventos de calentamiento habrá, lo que se traducirá en temperaturas menos frías de lo normal en pleno invierno.

El trabajo concluye que las tormentas que traen aire caliente al Ártico no sólo limitan la formación del hielo, sino que también pueden romper la cubierta de hielo que ya está presente. Ante esa serie de hechos, los investigadores creen que es esencial entender qué es lo que está alimentando este aumento de tormentas y cómo podrían cambiar en un futuro cercano las condiciones climáticas del Ártico y el mundo.