Una investigación revela por qué se generó la ola de calor marina en el Atlántico en 2023

Una investigación ha revelado diversas claves acerca de por qué se generó la ola de calor marina, que se produjo en el Atlántico Norte en 2023.

Fue un evento sin precedentes en la reciente historia climática de nuestro planeta, que tuvo consecuencias en el clima de Europa y que de entenderse completamente, ayudará a comprender otros mecanismos relacionados con el calentamiento global de nuestra atmósfera.

Un verano abrasador bajo la superficie del mar

Durante el verano de 2023, el Atlántico Norte vivió una ola de calor marina sin precedentes. A lo largo de julio, las temperaturas superficiales del océano alcanzaron máximos históricos, extendiéndose por casi toda la cuenca, desde los trópicos hasta el Atlántico subpolar.

Lo que más ha llamado la atención es que este calentamiento extremo se produjo incluso en zonas que, históricamente, mostraban tendencias de enfriamiento debido a cambios en la circulación oceánica.

Vientos débiles y capas superficiales: el detonante del calor extremo

La investigación apunta a un mecanismo clave detrás del evento: la debilidad anómala de los vientos en la región.

Esta situación provocó una disminución drástica en la profundidad de la capa mixta del océano, es decir, la capa superficial donde se mezclan las aguas por acción del viento. Al ser más somera de lo habitual, se calentó con mayor rapidez bajo la intensa radiación solar del verano, lo que disparó las temperaturas superficiales.

Este fenómeno no fue resultado de un transporte anómalo de calor desde el interior del océano, como podría pensarse, sino más bien de flujos de calor aire-mar extraordinarios actuando sobre esta capa poco profunda.

El resultado fue un calentamiento rápido y generalizado que afectó tanto a aguas tropicales como subpolares.

Influencia humana y rutas marítimas: una contribución inesperada

Además de los factores naturales, las observaciones indican que ciertos focos de calentamiento coinciden con importantes rutas marítimas del Atlántico Norte.

Esto sugiere una posible implicación de la disminución de emisiones de aerosoles de sulfato —asociadas al tráfico marítimo— que históricamente han tenido un efecto refrigerante al reflejar la radiación solar.

Una tendencia preocupante de cara al futuro

Lo más inquietante de este episodio es que podría no ser un caso aislado. En las últimas décadas, se ha observado una tendencia a capas mixtas más superficiales en el Atlántico Norte, lo que favorece este tipo de calentamiento extremo.

Cazatormentas
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