Durante todo un verano en que las tormentas tipo supercélula están proliferando en abundancia por los USA, nos llega una nueva y tremenda fotografía.

Se trata de una supercélula que se formó en el estado de Colorado hace un par de días. En el borde de la supercélula, aparecen una serie de ondas muy llamativas: se trata de ondas de Kelvin-Helmholtz.

Inestabilidad de Kelvin-Helmholtz.

Este tipo de inestabilidad, se forma cuando dos flujos de viento en sentidos opuestos y paralelos, en dos niveles atmosféricos próximos, se mueven a distintas velocidades y con densidades diferentes.

Es un fenómeno difícil de fotografiar, tanto porque se suele desarrollar pocas veces transformando el aspecto de las nubes como por la corta duración; normalmente, en apenas un par de minutos las espirales nubosas han desaparecido del firmamento.

Lo usual es ver estas formaciones en vertical, como en la fotografía superior (ocurrieron aquí en España, en Sagunto, hace unos años).

Pero en el caso que nos ocupa, se formaron en el plano horizontal, lo que es más raro e inusual.

En este vídeo se muestra una genial simulación de cómo se forman este tipo de ondas, y por qué son tan efímeras.

Supercélulas, las reinas de las tormentas.

Una supercélula es el tipo de tormenta más compleja y organizada que existe, dentro de la clasificación general sobre tipos de tormenta, en función al número de células que presentan.

Se caracterizan por un factor muy importante y fundamental: la presencia de una única (en ocasiones, dos) columna de aire ascendente muy intensa que presenta rotación (ya sea ciclónica o anticiclónica), y que recibe el nombre de mesociclón.

En algunas ocasiones, el mesociclón es perfectamente visible en forma de una enorme torre nubosa, que presenta un aspecto muy característico de estriación helicoidal (en forma de sacacorchos).

Mesociclón

Este fenómeno se produce a consecuencia de la existencia de cizalladura vertical del viento que, con unos valores adecuados, resulta en la iniciación de la rotación de la columna de aire.

A simple vista no es fácil reconocer las supercélulas, a no ser que la atmósfera esté bastante limpia y libre de otros tipos de nubosidad, aunque su estructura visual es muy característica, tal como podemos apreciar en el siguiente vídeo de una supercélula no tornádica.

Recurrir a un radar Doppler

Organismos meteorológicos como la Agencia Estatal de Meteorología recomiendan que no se hable propiamente de supercélulas si, previamente, no se ha estudiado su estructura a través de un radar meteorológico en modo Doppler.

Esto es, medir con un radar la velocidad de viento radial (viento que se acerca o se aleja del radar) y que sirve para detectar rotaciones a escala de la tormenta. De esta manera es posible detectar la presencia de un mesociclón en una tormenta y así tener una prueba de que es una supercélula.

Suelen engendrar tornados

Aunque en España las supercélulas no son tan frecuentes y tampoco suelen presentar una estructura perfectamente organizada, en zonas de Europa Central y sobre todo de Estados Unidos, son las responsables de los tornados más devastadores, y del granizo del tamaño más grande.

Marko Korosec / Barcroft USA

Eso sí, hay que tener en cuenta, en términos estadísticos, que sólo alrededor del 20% de las supercélulas son capaces de engendrar un tornado, pero en cambio, sí que en su gran mayoría producen precipitaciones importantes de granizo.

Definición clásica

La definición básica de Supercélula (SP) es la siguiente:

Tormenta convectiva que posee un profundo y persistente mesociclón. Por profundo, se entiende que la circulación que cumpla los criterios objetivos de mesociclón de Donaldson se extienda, sin interrupciones en la vertical, como mínimo sobre un 1/3 de la corriente ascendente, y por persistente que al menos genere señal en el radar durante dos barridos consecutivos (de 15 a 20’).


(Doswell and Burgués, 1993)
Este tipo de tormenta suele alcanzar dimensiones excepcionales tanto en la vertical (15-20 Km. de altura) como en la horizontal (Longitud semieje mayor de 50-200 Km.) y su persistencia media oscila entre 2 y 3 horas.