Un estudio demuestra la relación entre la actividad humana y un patrón climático alterado en el Atlántico Norte

Un reciente trabajo de investigación indica que el patrón climático, los modelos de circulación de las bajas y altas presiones, ha sido modificado por la actividad humana en Norteamérica y Europa occidental.

El trabajo indica que al liberar CO2 y otros contaminantes en la atmósfera de la Tierra, se ha producido un cambio en la circulación general de la atmósfera en el Atlántico Norte.

Evidencias de que los humanos alteran el patrón climático de Europa Occidental

Según el estudio dirigido por científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami UM, es una evidencia el hecho de que los humanos están influyendo en nuestro clima.

Concretamente, el trabajo muestra cambios en los últimos 50 años en el Índice de Oscilación del Atlántico Norte (NAO).

Patrones más habituales de NAO+ provocarían un tiempo más seco en España

Los científicos indican que pueden ser más habituales períodos con índice NAO fuertemente positiva, como el que surgió a mediados de los 1990 y que podrían encadenarse durante varios años.

Ese patrón, traería un tiempo más bien seco y templado o cálido a buena parte del oeste y sur de Europa y más inestable al noroeste del viejo continente y a la costa este de Estados Unidos y Canadá.

¿Cómo realizaron la investigación?

Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron múltiples conjuntos de modelos climáticos grandes, para predecir y simular la variación del índice NAO.

El análisis consistió en 269 ejecuciones de modelos, algo que equivaldría a más de 14.000 años de modelo simulados.

Según el estudio, una predicción exitosa de la NAO se compone de dos componentes en proporciones aún desconocidas: una de la inicialización del océano y otra del forzamiento externo

Utilizando un conjunto grande multimodelo no inicializado de 269 miembros, se demuestra que el forzamiento externo es el componente más grande de la previsibilidad de la NAO.

Y de dicho análisis se desprende que eventos como las erupciones volcánicas o la aportación a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el CO2 provocan una tendencia clara a que el índice NAO sea positivo.