Las imágenes de las terribles tormentas e inundaciones que están llegando desde Omán, en la Península Arábiga, nos han llevado a investigar sobre su origen. Y éste está en un ciclón tropical que se ha formado muy cerca de su costa. El hecho de que su movimiento sea muy lento, y cuasi paralelo a la línea costera, está provocando enormes acumulaciones de lluvia en algunas zonas. Recordando que se trata, en su mayor parte, de un país desértico, la rareza del fenómeno es muy elevada.
Y, en la otra punta del mundo, sobre el océano Atlántico Norte, el Centro Nacional de Huracanes del NOAA americano, sigue los progresos de una zona de baja presión susceptible de convertirse en un ciclón subtropical en las próximas horas. Podría ser el tercero, antes del comienzo oficial de la temporada, algo que sería inaudito (y el registro de ciclones en esta cuenca oceánica se remonta hasta el año 1851).
Posible caso de ‘landcane’ en Omán.
Este caso de ciclón tropical es muy interesante. Se trata de un ciclón cuyo centro se ha estado moviendo de forma alternativa entre tierra y océano (Mar Arábigo), sin llegar a penetrar totalmente en tierra. Sin embargo, el ciclón ha encontrado suficiente energía en un ambiente favorable como para seguir intensificándose algo más. Tanto es así que es probable que haya llegado a alcanzar el grado de tormenta tropical.
Esto lleva a pensar que podría ser clasificado como un caso de «landcane» (huracán en tierra). Se trata de casos de ciclones tropicales que se forman o intensifican estando dentro de tierra firme. Hace un tiempo, dedicamos dos entradas a este raro tipo de ciclones:
- Raro caso de posible tormenta tropical sobre Namibia y Botswana.
- Ciclones tropicales que se intensifican en tierra, landcanes.
Estos fenómenos ocurren cuando el ciclón se desarrolla en tierra, pero sobre superficies con grandes cantidades de agua y ambiente muy caluroso. De este modo, esas aguas interiores, son capaces de emitir cantidades suficientes de energía en forma de vapor de agua, que pueden ser utilizadas por el ciclón para profundizarse, si el resto de factores son positivos o favorables.
Más raro es el fenómeno si se produce en un desierto. Sin embargo, la lógica puede llegar a ser aplastante. Así, el agua de lluvia al caer sobre el desierto, cuyo suelo está a temperaturas muy elevadas, se producen fenómenos muy intensos de evaporación. Todo ese vapor de agua puede alimentar al ciclón, ayudándole a intensificarse, mientras se mantenga el proceso. Es decir, es similar al caso anterior, de zonas pantanosas tropicales.
Siempre se ha dicho que el fenómeno más peligroso asociado a los ciclones tropicales son las inundaciones: por las lluvias torrenciales y por las marejadas ciclónicas. Y valga este ciclón como ejemplo. Porque sus vientos no están siendo intensos, pero las lluvias torrenciales, sí… Y sus efectos, devastadores.
Actividad ciclónico tropical anormalmente elevada en el Atlántico Norte.
Dada su evolución durante las últimas horas, no parece probable que Christian llegue a formarse en aguas subtropicales del Atlántico Norte Occidental – Central. Sin embargo, podría quedarse cerca de ser un ciclón subtropical en forma de depresión, sin llegar a adquirir nombre. Sería el tercer caso de ciclón tropical o subtropical que se forma antes del comienzo oficial de la temporada. Un fenómeno sin precedentes en tal caso, en una serie climática que se remonta hasta 1851.
Sin duda, hay factores jugando en contra del desarrollo del ciclón. Por un lado, la cizalladura vertical del viento, que hace que los centros del ciclón a diferentes alturas sigan desacoplados. Por otro, aire seco, que inhibe la actividad convectiva, y que queda delatada por la aparición de frentes de racha en niveles bajos. Estos frentes de racha se forman cuando los cumulonimbos decaen con rapidez, debido a la acción de ese aire seco que los destruye.
Mientras tanto, tampoco hay que perder de vista la actividad que hay ahora mismo sobre Centroamérica. Está previsto que se desplace/propague hacia el Golfo de México. Y dadas las temperaturas anormalmente elevadas de sus aguas, junto con otros factores favorables, podrían permitir que el germen depresionario termine dando lugar a un ciclón tropical en estas aguas. Es lo que ahora mismo prevén algunos modelos.
Sin duda, esta alta actividad que puede observarse ahora mismo en la cuenca del Atlántico Norte no es nada normal, si pensamos que estamos todavía a finales de mayo. La temporada de huracanes dará comienzo, oficialmente, pasado mañana, 1 de junio.
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