¿Cuántas veces has oído aquello de que el la lluvia o el frío incrementa el dolor en los huesos, la espalda o las articulaciones? Seguramente las personas con enfermedades reumáticas, con artrosis o propensas a tener lumbalgia tienen una opinión muy bien fundada acerca del tema.
Para poner luz en el asunto, un grupo de científicos del Instituto de Salud Global de Sidney (Australia) ha realizado un estudio de investigación al respecto, concluyendo que los cambios meteorológicos no tienen ninguna influencia en los dolores osteomusculares.
¿Un vínculo entre el dolor y el mal tiempo?
Según podemos leer en el estudio, el vínculo entre el mal tiempo y la aparición o intensificación del dolor es un hecho que empezó a relacionarse en la Época Romana… y hasta ahora ese razonamiento sigue vivo en muchas personas.
Pero según el estudio publicado en Pain Medicine el aumento de los dolores musculares, óseos o articulares no tiene ninguna relación con el aumento de la humedad o la bajada de las temperaturas.
En qué consistió el estudio
Para llegar a esta conclusión los investigadores se apoyaron en los historiales médicos de casi 1.000 adultos australianos con dolor lumbar y 350 con osteoartritis de rodilla.
Paralelamente cruzaron sus síntomas con los datos meteorológicos aportados por la Oficina Australiana de Meteorología durante el período objeto del estudio. En esos meses las temperaturas oscilaron entre los 5,4 ºC y los 32,8 ºC. Lógicamente, se produjeron cambios de tiempo: oscilaciones de la humedad, el viento, la presión atmosférica y las precipitaciones.
Aunque muchos de los pacientes se mostraban de acuerdo con esa creencia tradicional, lo cierto es que el estudio constató que las condiciones físicas de los pacientes no se alteraron a consecuencia del cambio del tiempo.
Sí encontraron una relación no esperada
Lo único que relacionaron fue un incremento de las temperaturas con un aumento (estadísticamente poco significativo) de la probabilidad de sufrir un episodio de dolor lumbar.
¿Por qué se tiene esta percepción?
Para Manuela Ferreira, coautora de la investigación, las personas que padecen estas condiciones no deberían centrarse en la climatología.
En su opinión el mal tiempo no sólo no tiene ninguna influencia sobre sus síntomas, sino que, además, escapa completamente a su control por lo que no es aconsejable culpar al tiempo de la aparición de los síntomas.
Es mejor centrarse en aquellos aspectos que uno puede controlar para la prevención y el mejor manejo de los episodios dolorosos.
«Los seres humanos somos muy susceptibles, por lo que es sencillo acordarnos más del dolor en los días fríos y lluviosos y olvidar aquéllos en los que tenemos los mismos síntomas pero el tiempo es benevolente y soleado».
Yo doy una persona q desde el año 1912 padezco de dolor en los huesos y antes vivía en cuba h hoy vivo en Estados Unidos y siempre q hay canguros en la temperatura los huesos me duelen mucho mas es mas así casi deis meses q tengo dolor permanente y estos días de agua estoy q casi no tengo alivio así q mi mito se es q el cambio no favorece p bada los huesos
No sé muy bien si viene al caso, pero a mí los cambios estacionales me causan picores en las cicatrices mayores que tengo. Desde luego no es lo mismo que los dolores músculo esqueléticos del estudio, pero igual la epidermis sí es más sensible a esos cambios al estar más expuesta.
Padezco artrosis cervical desde hace tiempo y confirmado con mi traumatólogo lo que influyen son los cambios en la presión atmosférica, pues en mi caso, las vértebras cuando cuando se está bajo altas presiones (buen tiempo) están más fijas y por eso duelen menos. Ocurre al contrario cuando llegan borrascas y bajas presiones, la movilidad de la mismas provoca más dolor. De ahí que con el «mal tiempo» nos duela más.
Ni una. No han dado ni una. Cuando va a cambiar el tiempo, mi artrosis, me avisa entre 36 y 24 horas antes, con dolores más agudos y cefaleas intensas. como aficionado a la meteorlogia y persona entrada ya en los cincuenta, puedo asegurar que esta es una observación minuciosa más, y si, los cambios de tiempo afectan en los dolores, y si eres un poco mayor, más.Los del estudio, que devuelvan el dinero.
Al titular le falta:
entre 1000 personas australianas
los resultados en su lugar
Hola Ribera-Met.
Imaginamos que sabe que es imposible hacer un estudio científico entre las 7.479.716.450 personas que posiblemente habitan este Planeta llamado Tierra.
Un saludo.
Llega las borrascas y a mi me duelen las muelas. O las hernias cuando vienen las tormentas en verano.
Yo soy de las que estoy de acuerdo con el artículo.
Tengo artritis y me duelen mis articulaciones independientemente del tiempo. Como dice Gregorio G. si vives en una zona lluviosa es lógico pensar que el tiempo influye en los dolores.
Esas creencias son más de la edad media y otros tiempos que del siglo xxi
Mi experiencia, como enfermo de fibromialgia y el de mi esposa, con espondilitis anquilosante es que el tiempo no tiene nada que ver con tener más o menos dolor.
Lo he comprobado concienzudamente y la enfermedad va por un lado y el tiempo por otro. Unas veces coincide y otras, las muchas no.
Lógicamente, si se vive en un lugar con mal tiempo casi continuo, es lógico dar con una relación así, pero es errónea.
Bien, no estoy de acuerdo y la base puede estar en algo tan simple como la contracción y dilatación de la masa ósea y muscular con las temperaturas. No sufro estas dolencias pero si puedo decir que en verano me cuesta sacarme el anillo de mi dedo y en los días fríos me baila llegando casi a caerse. En cuanto a la percepción del cambio de tiempo conviene no olvidar que la presión sanguínea y atmosférica se mide con el mismo valor.
Voy más allá las lunaciones. es obvio a quien lo haya observado que en época de crecimiento activo de las plantas las «metidas» de crecimiento son mayores en fase creciente.
La ciencia nunca dice mentiras. Ok. Pero los métodos que se utilicen pueden llevar a conclusiones poco satisfactorias. Me gusta la Explicación científica pero cuidado con los estudios rápidos que buscan un titular. Convendría a muchos de los que idolatran la «Ciencia» comenzarán por su base, esto es la Teoría de la Ciencia». La ciencia en terreno pantanoso lleno de incertidumbre. Por eso mismo existe, por lo que no sé sabe.
Buenas noches:
A muchos lectores no les gustará mi punto de vista, pero es MI punto de vista.
No voy a leer el estudio, porque a estas alturas de la Historia que sea de Oxford o de cualquier otra universidad (pública o privada) no le otorga ninguna presunción de verdad, así sin más. Revistas “prestigiosas” como Nature ya cayeron en desgracia en su momento por poner un ejemplo. Habría que comenzar por indagar quién financia ese estudio y con qué fines, o a los autores, sin ir más lejos. O dónde se realiza: no sería lo mismo en Santander que en Almería, en Siberia o en Australia. O qué métodos emplearon.
Con el debido respeto, pero no, a estas alturas de mi vida y de la Historia sobre lo que no tengo ninguna duda es que cuando llega el mal tiempo me duele determinado hueso (por motivos que no vienen a cuento). Y no soy “susceptible”…
De verdad, me pueden cantar un Te Deum, que me da lo mismo. A mí me duele.
Ya era hora de que un estudio con rigor científico dijera la verdad sobre este asunto.
Las personas que sufrimos reúma sabemos que es un mito y que el tiempo no tiene nada que ver con nuestro estado físico.
Gracias por compartirlo, hacéis un estupendo trabajo
Tengo que enterarme donde trabaja este señor y pedir que me contraten!Los que sufrimos de alguna dolencia crónica, solemos notar los cambios de tiempo, y humedad. Vivo en una isla y me rio mucho cuando llegan los pobres abueletes y se quejan de que desde que están en la isla les duele todo: -ustedes de donde son?- De Madrid, hijo!-Donde no hay esa humedad dolorosa que tenemos aquí?-Si!.
Hay cosas que si no las sufres, y no haces las pruebas en campo, no salen!
La rodilla de mi mujer no falla, duele, va a llover!!
Ya lo creo que hay relación. Tenían razón en antigüedad. A mí nunca me duele la parte alta de la espalda y cuando cambia el tiempo y se avecina tormenta me duele siempre. No falla.