No cabe duda de que el coronavirus, concretamente el COVID-19, copa la actualidad informativa de todo el Planeta. En cazatormentas, estamos tratando de seguir nuestra actividad con el ánimo de entreteneros, en la medida de lo posible, y de abstraerse de alguna forma de la cruda realidad.
Y muchos nos preguntáis si hay alguna relación entre la propagación o extinción del virus y las condiciones meteorológicas. Hemos investigado y sí, hay un estudio que indica que el aumento de la temperatura y de la humedad relativa del aire contribuye a reducir su transmisión.
Bajo nuestro punto de vista, el estudio de investigación no ha tenido tiempo suficiente como para cargarse plenamente de razones, puesto que alcanza pocos días de análisis, pero sí que puede ser un buen indicativo y podría tomarse como un halo de esperanza para que conforme el calor aumente durante los próximos meses, los contagios bajen en el Hemisferio Norte.
Detalles del estudio
El estudio de investigación (High Temperature and High Humidity Reduce the Transmission of COVID-19) fue realizado en China y lo podéis leer de forma completa en este enlace.
Los científicos estimaron el intervalo de serie de COVID-19 a partir de 105 pares de portadores del virus y los infectados, calculando el número reproductivo efectivo diario (R) para cada una de las 100 ciudades chinas con más de 40 casos.
Utilizando los valores diarios de dicha variable R del 21 al 23 de enero de 2020 como indicadores de la intensidad de transmisión no intervenida, se encontró que, bajo un marco de regresión lineal para 100 ciudades chinas, las altas temperaturas y las altas humedades relativas reducían significativamente la transmisión de COVID-19, respectivamente, incluso después de controlar la densidad de población y el PIB per cápita de las ciudades.
Se cuantificó la disminución de la transmisión
Concretamente, el trabajo reveló que, durante esos días, un aumento de un 1 ºC en la temperatura y un aumento del 1 % en la humedad relativa, provocaba una disminución del número reproductivo efectivo diario (R) en 0,0383 y 0,0224, respectivamente.
Siguiendo esta hipótesis, si vemos esta proyección para marzo y julio que se detalla en el estudio de investigación, podemos hacernos una idea de lo que podría disminuir el número de casos contagiados.
Algo similar a lo que ocurre con el virus de la gripe
De hecho, está más que demostrado que el aumento de la temperatura y de la humedad relativa contribuye temporada a temporada a reducir significativamente la transmisión del virus de la gripe.
Es decir, es de suponer que el lógico aumento de la temperatura del aire durante los próximos meses, puede contribuir conforme aumente la radiación solar, a que la transmisión del COVID-19 baje. Lógicamente, la humedad relativa depende más de los factores orográficos–geográficos y de las condiciones meteorológicas.
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