Las temperaturas altas ralentizan, pero no paran la transmisión del coronavirus COVID–19. Así lo indica un nuevo trabajo de investigación realizado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Estados Unidos, que viene a complementar este otro que compartimos con vosotros días atrás.
En esta línea, las regiones del Hemisferio Sur, que acaban de entrar en su otoño meteorológico, han estado conteniendo mejor el avance del virus, un hecho que podría dar un vuelco en los próximos meses conforme se aproxime su invierno y llegue el verano al Hemisferio Norte.
El trabajo, ha cuantificado en cierta forma, la tasa de transmisión del COVID-19 en función de la temperatura.
Clara influencia de la temperatura
Los investigadores han constatado que la mayoría de las transmisiones de coronavirus han tenido lugar en regiones con bajas temperaturas: entre 3 y 17 ºC.
En el otro lado de la balanza, en los países con clima tropical o subtropical, así como en las regiones ubicadas en el Hemisferio Sur, se habían reportado hasta hace pocas jornadas escasos casos de coronavirus.
Hablamos de regiones con temperaturas promedio superiores a 18 ºC, que representaban (hasta el momento del estudio) menos del 6% de los casos globales hasta ahora.
El ejemplo de Europa
Los científicos ponen de ejemplo a Europa, donde en países como Italia, Alemania o España, en las semanas más frías del invierno y en arranque de la primavera, el número de casos comenzó a aumentar rápidamente a pesar de que la atención médica está entre las mejores del mundo.
Y en Estados Unidos
Dicha dependencia de la temperatura también es clara dentro de los Estados Unidos: en los estados del sur, como Arizona, Florida y Texas, el crecimiento de los brotes fue más lento en comparación con estados como Washington, Nueva York y Colorado.
Los casos de coronavirus en California crecieron también a un ritmo que más bajo que la media.
Un patrón similar al de otros virus
Este patrón no es una sorpresa. Los epidemiólogos lo han observado con otros virus y de sobras es conocido que la gripe tiene una tendencia estacional de noviembre a abril y los 4 tipos de coronavirus que causan el resfriado común cada año también disminuyen en climas más cálidos.
Otro ejemplo, los investigadores indican que el patrón térmico-transmisor es similar al de la epidemia de SARS en 2003 pero dado los brotes de virus en China y Corea del Sur comenzaron más tarde, ha sido difícil determinar si el nuevo coronavirus tendría el mismo comportamiento.
Más estudios en la misma línea
Además de lo que referimos días atrás, por ejemplo, en el New York Times, se hacen eco de sendos análisis realizados por investigadores en España y Finlandia que encontraron que el virus tenía su temperatura ambiente óptica entre 2 y 10 ºC.
Ojo con las excepciones
Desde el Instituto de Tecnología de Massachusetts nos alertan de que, no obstante, los virus estacionales como la gripe y los virus que causan el resfriado común no desaparecen por completo durante el verano.
Todavía están presentes en niveles bajos en los cuerpos de muchas personas y en otras partes del mundo, esperando su tiempo hasta que las condiciones sean adecuadas para que las infecciones se propaguen nuevamente.
En cambio, otros virus tienen el patrón opuesto. La polio, por ejemplo, tiende a propagarse más rápido en climas más cálidos. Y algunos virus pueden no tener variación estacional en absoluto.
Por otra parte, el hecho de que la transmisión está ocurriendo ya a través del sur global indica que este virus puede ser más resistente a temperaturas más cálidas que la gripe y otros virus respiratorios que se propagaron a través de las fronteras en otras epidemias.
No conviene relajarse por si no se cumple esta relación
En este sentido, para los investigadores «uno de los grandes peligroso al suponer que el virus es menos agresivo en temperaturas más cálidas, entre edades particulares o para cualquier grupo específico es la complacencia.
Y debido a que la alta humedad y el calor solo se alinean perfectamente solo durante julio y agosto en ciertas partes del Hemisferio Norte, los efectos del clima más cálido en la reducción de las transmisiones solo pueden durar un breve período en algunas regiones.”
Es decir, incluso si la propagación del coronavirus disminuye a una humedad más alta, su efecto sería limitado para regiones por encima de 40º N, lo que incluye la mayor parte de Europa y América del Norte«.
Por lo que nadie puede predecir si el virus regresará con la misma o mayor ferocidad en el próximo otoño.
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