El descenso de la contaminación del aire observado hace un año cuando estalló la pandemia de la COVID-19 es historia
El descenso de la contaminación del aire observado hace un año cuando estalló la pandemia de la COVID-19 es historia.
Diversos parámetros ambientales nos indican que la actividad humana se acerca a la que había antes de que la crisis provocada por este coronavirus se extendiera por todo el Planeta.
Meses atrás, observamos como la contaminación del aire en las grandes ciudades casi desaparecía al cesar la actividad industrial y disminuir la movilidad de las personas.
Ahora, los problemas por contaminación vuelven a aflorar en las grandes urbes.
La contaminación vuelve a niveles previos a la pandemia COVID-19
Los sensores ambientales han detectado que los niveles de dióxido de nitrógeno están volviendo a los niveles anteriores a la COVID-19.
Desde el inicio de las restricciones a causa de la pandemia en el primer trimestre de 2020, se utilizaron datos de satélites para muestrear la contaminación del aire.
El primer bloque llegó el 23 de enero, en Wuhan, China, en un esfuerzo por detener la propagación de la enfermedad.
Y como sabéis, luego se fue extendiendo a otros países de Asia, luego a Europa, América y África.
Descenso importante del dióxido de nitrógeno
Durante la pasada primavera, los satélites detectaron una reducción significativa de los contaminantes del aire en China, hecho que posteriormente se trasladó a las principales capitales europea.
La reducción más significativa vino por las emisiones de dióxido de nitrógeno, un gas que contamina el aire principalmente como resultado del tráfico y la combustión de combustibles fósiles en los procesos industriales.
Acaban los confinamientos por la COVID-19, aumenta la contaminación
Ahora, cuando las restricciones se han suavizado, el nivel promedio de contaminantes del aire se ha recuperado y está aumentando nuevamente.
Los mapas que acompañan esta entrada n os muestran las concentraciones medias mensuales de dióxido de nitrógeno, derivadas de datos del satélite Copernicus Sentinel-5P, en las partes central y oriental de China.
Observamos una comparativa entre febrero de 2019, febrero de 2020 y febrero de 2021.
Las infografías reflejan la fluctuación de los niveles entre los tres períodos, con rojo oscuro que indica altas concentraciones de dióxido de nitrógeno.
Una comparativa muy llamativa
En los datos difundidos por el ECMWF se observa que las concentraciones de dióxido de nitrógeno en Pekín cayeron alrededor de un 35% entre febrero de 2019 y 2020, antes de volver a niveles similares en febrero de 2021.
De manera similar, en Chongqing, el dióxido de nitrógeno se redujo aproximadamente un 45% entre febrero de 2019 y febrero de 2020, antes de regresar hasta casi duplicar los números pre-COVID.
Hay que considerar que las concentraciones de dióxido de nitrógeno en la atmósfera no dependen únicamente de la actividad humana.
También influyen las condiciones climáticas como la velocidad del viento y la cobertura de las nubes, aunque en un aspecto secundario
Desde el programa Copernicus del ECMWF esperan que n las próximas semanas y meses, esperamos aumentos de las concentraciones de dióxido de nitrógeno también en Europa.
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