El efecto amplificador Ártico se está manifestando también a través del calentamiento de las aguas del Océano Pacífico
El efecto amplificador Ártico se está manifestando también a través del calentamiento de las aguas del Océano Pacífico.
Un estudio de investigación publicado en Nature ha demostrado una vez más como los parámetros climáticos de las distintas regiones del Planeta están relacionados entre sí.
De esta forma, alteraciones bioclimáticas en zonas tan distantes como el Pacífico y el Ártico tienen una conexión.
El Ártico una zona muy sensible
Seguramente, el Ártico es la región del Planeta que más está sufriendo el efecto del calentamiento global que la Tierra está experimentando en las últimas décadas, produciéndose allí los mayores y más rápidos cambios del globo.
¿Qué es el efecto amplificador Ártico?
La historia climática de la Tierra demuestra que siempre que nuestro Planeta se ha calentado o enfriado por el factor que fuera, el Ártico sufre dicha anomalía de forma amplificada por un factor de tres (aproximadamente).
Este proceso, se conoce como efecto amplificador Ártico y se trata de una retroalimentación positiva (o negativa) en la temperatura que se produce a partir de los cambios de la superficie del hielo marino y de la capa de nieve en tierra.
De esta forma, si la temperatura media de la Tierra desciende 3º C, el Ártico puede enfriarse entre 9 a 12 º y viceversa.
Causas del efecto amplificador Ártico
El factor más importante del efecto amplificador Ártico es la retroalimentación en la temperatura que se produce a partir de los cambios de la superficie del hielo marino y de la capa de nieve en tierra.
Es decir, cuando el hielo se derrite más luz solar llega a los océanos (o al suelo) causando aún más hielo se derrita.
Lo contrario también es cierto; cuando hay más hielo refleja más energía solar de vuelta al espacio, favoreciendo el enfriamiento en todo el Ártico.
Esto conduce a la formación de más hielo marino y al aumento de la superficie nivosa en tierra.
Además, el deshielo del permafrost conduce a la liberación de metano y otros compuestos de carbono que pueden llegar a la atmósfera, provocando un calentamiento por ‘efecto invernadero’.
Y por otra parte el calentamiento también se refuerza cuando se mueven hacia el Norte los arbustos reemplazando a otras plantas inferiores tundra ayudando a derretir de forma más rápida a la nieve.
Lo contrario sucede cuando es la tendencia al enfriamiento de manera que la retirada de la cubierta vegetal provoca el efecto opuesto.
Cambios en el Pacífico se sienten en el Ártico
Esta nueva investigación sugiere que la importancia de los cambios que ocurren en el Pacífico tiene un impacto más fuerte en el clima del Ártico de lo previamente reconocido.
Esta conclusión se basa en que los registros paleoclimáticos muestran que el cambio climático en el Ártico puede ser muy intenso y ocurrir muy rápidamente, como ya ocurrió durante la última deglaciación, cuando el Planeta comenzaba a calentarse por el aumento de los gases de efecto invernadero.
Entonces hubo dos episodios de calentamiento acelerado en el Ártico, con temperaturas que aumentaron en 15 °C en Groenlandia a lo largo de décadas.
Ambos eventos estuvieron acompañados por un calentamiento rápido en los océanos del Pacífico Norte y Atlántico Norte a latitudes medias.
Similitudes con la última glaciación
Basándose en lo que ocurrió en aquella era, el estudio publicado en Nature ha modelado una serie de escenarios de flujo de calor océano a atmósfera para el Pacífico Norte y el Atlántico Norte.
Concretamente, los investigadores emplearon el Community Earth System Model (CESM), (CESM) del Centro Nacional de Investigación Atmosférica para evaluar los impactos en la temperatura de la superficie del Ártico y las retroalimentaciones climáticas.
Los científicos hallaron que tanto las anomalías de enfriamiento como de calentamiento en el Pacífico Norte resultaron en mayores anomalías de temperatura del aire en la superficie global y ártica que las mismas perturbaciones modeladas para el Atlántico Norte.
La importancia de la transferencia de calor
El trabajo demuestra que los fuertes cambios globales y árticos dependen de la magnitud de la transferencia de vapor de agua desde los océanos de latitudes medias hasta el Ártico.
Cuando el aire cálido y húmedo avanza hacia el Ártico, puede conducir a nubes más bajas que actúan como una manta, atrapando el calor cerca de la superficie.
El movimiento hacia el polo de calor y humedad impulsa el retroceso del hielo marino del Ártico. E igualmente facilita la formación de nubes bajas, amplificando el calentamiento del Ártico.
Este proceso de retroalimentación de hielo–albedo hace que el hielo y la nieve en retroceso conduzcan a un calentamiento cada vez mayor a través del aumento de la absorción de energía solar en las superficies más oscuras.
Dicha transferencia de energía apunta a que la aparición de temperaturas inusualmente cálidas en el Pacífico Nordeste favoreció el incremento de temperatura en el Ártico.
Referencia: https://www.nature.com/articles/s41467-018-05337-8
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