En varias ocasiones os hemos hablado de la importante influencia que tienen las erupciones volcánicas en el clima de la Tierra. Por ejemplo, la posible pausa en el calentamiento global que han podido provocar estos eventos y a más pequeña escala las espectaculares tormentas eléctricas que provocan los pirocumulos volcánicos.
Ahora nos hacemos eco de un estudio de investigación que ha analizado el impacto que provocó en el clima mundial la erupción del volcán El Chinchón en México en los años 1980. Entre las conclusiones del trabajo, los científicos aseguran que este tipo de erupciones no solo enfrían el clima del Planeta, sino que provocan otros muchos efectos.
La erupción de El Chinchón en 1982
El 28 de marzo de 1982 se produjo la erupción de El Chichón, un volcán situado en la región montañosa de México que se ubica entre los municipios de Francisco León y Chapultenango, en el noroeste del Estado mexicano de Chiapas.
La nube de cenizas, rocas y gases llegó hasta una altura de 17 Km sobre el cono del volcán y la actividad sísmica fue notable en los días venideros.
Los estudios realizados en la época estiman que El Chichonal arrojó en torno a 10 veces más ceniza y gases de lo que 2 años antes había arrojado el monte Santa Helena, en Washington, EE. UU. La nube de El Chinchón alcanzó la estratosfera y se extendió por todo el mundo.
Cambios en el clima del Planeta
El trabajo realizado por el Instituto Marino de la Universidad de Plymouth, indica que los efectos de aquella erupción determinaron cambios en los sistemas biofísicos de la Tierra, los cuales empezaron a hacerse evidentes 5 años después en 1987.
Y no solo tuvieron lugar en la atmósfera de todo el Planeta (desde el Polo Norte al Polo Sur) sino también en los océanos.
Efectos concretos en el Planeta
El estudio relata diversos eventos climáticos y naturales. Por ejemplo, en los siguientes años se detectó un aumento del 60 % en el caudal invernal de los ríos que desembocan en el Mar Báltico, n aumento del 400% en la duración media de los incendios forestales en el oeste de Estados Unidos.
Igualmente, los científicos constataron la modificación de una amplia gama de indicadores biofísicos, tales como la temperatura y la salinidad de los océanos, el nivel de pH de los ríos, el calendario de eventos de la Tierra, incluyendo el comportamiento de las plantas y los pájaros, la cantidad de hielo y nieve en la criosfera (el mundo congelado) e incluso cambios en velocidad del viento en distintas regiones del Planeta.
Millones de observaciones
Para llegar a estas conclusiones los investigadores contaron con millones de observaciones. Utilizaron los datos bioclimáticos de 6.500 estaciones repartidas por todo el globo terráqueo y compararon 72 largas series de observaciones históricas.
Las erupciones no solo enfrían el Planeta
A juicio del director del estudio de investigación (Philip C. Reid) este trabajo contradice la visión de que las grandes erupciones volcánicas solo conducen a un enfriamiento del Planeta.
En el caso de la erupción del volcán mexicano, el cambio que produjo en el clima se tradujo en un calentamiento global que se alcanzó tras el típico punto de inflexión en el enfriamiento que sigue a estas erupciones, rebotando con un rápido aumento de la temperatura en un tiempo muy corto después.
Temporalización de los cambios
Otra evidencia interesante que hallaron los investigadores es la temporalización que se produjo de los cambios en el clima en todo el Planeta, de forma secuencial, empezando por América del Sur en 1984 y siguiendo por América del Norte (1985), Atlántico Norte (1986), Europa (1987) hasta acabar en Asia (1988).
Además, detectaron un importante descenso en la tasa de crecimiento del dióxido de carbono en la atmósfera después del cambio de paso, coincidiendo con un aumento repentino bajo la superficie y en el sumidero oceánico, así como nueva vegetación en áreas previamente cubiertas por el hielo polar y nieve.
Referencia: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/gcb.13106/abstract
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