La gran cantidad de días despejados en Groenlandia fue el principal factor que produjo un deshielo récord en la zona durante 2019.
La sucesión de situaciones meteorológicas que propiciaron el dominio de las altas presiones en esa región del Polo Norte, provocó una insolación bastante mayor que lo habitual, un descenso de las precipitaciones y el consiguiente derretimiento del hielo y la nieve en Groenlandia.
Así lo afirma un estudio científico publicado The Cryosphere, a partir de la información obtenida de datos satelitales, mediciones en el suelo y modelos climáticos para analizar los cambios en la capa de hielo durante el verano de 2019.
Un balance muy negativo
El trabajo indica que, durante el año 2019, el balance de masa superficial de la capa de hielo se redujo en aproximadamente 320.000 millones de toneladas por debajo del promedio de 1981-2010.
Este dato supone la mayor caída desde que comenzara este tipo de registros en 1948.
Si buscamos una tendencia a más largo plazo, entre 1981 y 2010, la masa superficial ganó alrededor de 375.000 millones de toneladas de hielo por año, en promedio.
Anticiclones y pocas nevadas
La explicación es sencilla: el dominio de las altas presiones contribuyó al aumento de las horas de sol y al descenso drástico de nevadas en la zona. Se podría decir que sufrieron una sequía.
Dicha ausencia de nevadas dejó hielo oscuro y desnudo expuesto en ciertas comarcas. Puesto que el hielo no refleja tanta luz solar como la nieve fresca, absorbió más calor e incrementó el derretimiento y la escorrentía.
Y a su vez, la presencia de la escorrentía aceleró aún más el derretimiento en las zonas nevadas afectadas por esas corrientes.
Comportamiento distinto por regiones
En todo caso, cabe diferenciar esta evolución según las regiones.
Por ejemplo, estas condiciones eran diferentes, pero no mejores, en el N y O de Groenlandia, porque a medida que el sistema de alta presión giraba en el sentido de las agujas del reloj, extraía aire cálido y húmedo de las latitudes más bajas y lo canalizaba hacia Groenlandia.
Sin embargo, en lugar de propiciar temporales de nuevo estas masas de aire trajeron condiciones meteorológicas cálidas y húmedas atraparon el calor que normalmente irradiaba del hielo, creando un efecto invernadero a pequeña escala.
Anterior precedente: 2012
En el estudio los investigadores detallan que un patrón meteorológico similar habría que encontrarlo en el verano de 2012, considerado como uno de los peores años de Groenlandia.
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