Los enjambres de pequeños terremotos ocurridos en febrero de 2021 en la península de Reykjanes en Islandia hicieron que los expertos advirtieran que el magma se movía debajo del valle de Geldingadalur y que pronto podría entrar en erupción. A última hora del 19 de marzo, comenzó oficialmente una erupción volcánica, cuando la lava atravesó la superficie cerca de Fagradalsfjall, uno de los varios volcanes en escudo de la península.
Satélites de última generación para observar variados fenómenos terrestres.
Aunque pequeño en comparación con otras erupciones recientes en Islandia, el evento fue lo suficientemente brillante y grande como para que lo observaran los satélites de la NASA y la NOAA.
El 21 de marzo de 2021, el satélite Suomi NPP adquirió una vista nocturna del oeste de Islandia a través de una fina capa de nubes. Reykjavik, Reykjanesbær y otras ciudades aparecen como puntos brillantes en la imagen.
La erupción aparece como un nuevo punto de luz en la parte suroeste de la isla. A modo de comparación, la imagen de la izquierda muestra la misma área unos días antes de la erupción.
Las imágenes se adquirieron con la banda día-noche del Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS), que detecta la luz en un rango de longitudes de onda desde el verde al infrarrojo cercano y utiliza técnicas de filtrado para observar señales débiles como incendios, luces eléctricas, etc. y el resplandor que emite la lava.
Durante el día, el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) adquirió imágenes de color natural y de color falso a medida que las emisiones de la erupción iluminaban ligeramente las nubes en el área.
Una erupción detectada con antelación, gracias a un proyecto español.
La lava brotó de una fisura que inicialmente tenía entre 500 y 700 metros (1,600 a 2,300 pies) de largo.
Sucesivamente acumuló y luego rompió montículos de lava enfriada llamados conos de salpicaduras. Aparte de las multitudes de espectadores y un posible sitio arqueológico, la lava no ha supuesto una excesiva amenaza hasta ahora.
Tampoco las emisiones de cenizas o gases han sido problemáticas. No obstante, la Oficina Meteorológica de Islandia está monitoreando el volcán y está compartiendo los resultados de un modelo de pronóstico.
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