El reciente temporal marítimo y de vientos intensos que ha afectado principalmente a Galicia y la costa Cantábrica nos deja dos hechos que aún no habíamos destacado: la aparición de espuma marina inundando zonas costeras de esas comarcas y un récord histórico de oleaje en Cabo Silleiro.
Según ha informado en una nota de prensa Puertos del Estado, la boya de Cabo Silleiro en Pontevedra batió su récord histórico al medir una altura significante de ola de 11,5 metros el pasado 6 de enero. Hasta ahora, el máximo medido en ese punto era de 11,1 metros, en una serie histórica que alcanza los 15 años.
La altura significante de ola se define como a media del tercio de las olas más altas. La altura máxima alcanzada por olas individuales ha estado en el orden de los 20 metros, que para hacernos una idea de su magnitud es una altura equivalente a un edificio de siete plantas.
Dicho de otra forma, la altura significativa de las olas, representa la altura de las olas que un observador experimentado apreciaría a simple vista en el punto de medida (no desde la costa).
Según informa la nota de prensa, en el reciente temporal marítimo, se ha generado una situación en el mar de fuerte agitación y onda larga en todos los puertos atlánticos españoles, propagándose la situación hasta las Islas Canarias como os contamos días atrás.
Estos períodos extremadamente largos se caracterizaron por períodos de pico en torno a 22 segundos y medios en torno a 14.
El hecho de que en muchos puntos las enormes olas hayan coincidido con períodos de alta mar, ha propiciado la entrada del mar en muchas zonas costeras habitadas. En otros la espuma marina ha sido la protagonista inesperada, como ha ocurrido en varias localidades gallegas (por ejemplo A Guarda o Vigo).
Las redes sociales nos muestras muchas imágenes y vídeos de este curioso fenómeno que a veces tiene lugar durante los intensos temporales de viento, en mares bravíos cuando las condiciones orográficas de la costa, junto con un gran número de olas que mezclan el agua, el aire y la materia orgánica marina, hacen que el mar se bata, como si fuera nata montada.
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