El sol está en un mínimo de actividad profundo, a buen seguro, el más importante de la era moderna, al menos de la era espacial.
En estos momentos, el sol está sin manchas y si permanece así un tiempo más con esta actividad nula, se alcanzará un mínimo histórico para las últimas décadas, desde que existen registros fiables medidos directamente.
De sobra es conocido que la actividad del sol fluctúa periódicamente, en ciclos de 11 años que van desde una alta actividad a una muy baja y en ocasiones muy puntuales, como ahora, el sol queda totalmente inactivo mucho tiempo.
Algo similar ocurrió cuando entre los siglos XVII y XVIII se vivió el Mínimo de Maunder, la etapa más fría ocurrida en los últimos siglos en la Tierra, aunque entonces seguramente la actividad fue mucho menor e intervinieron otros factores más.
El 74% del tiempo de 2019 sin manchas
Los datos de la web Spaceweather.com nos informan de que en 2019 el 79 % del tiempo transcurrido el sol ha estado sin manchas. El anterior récord data de 2008, cuando quedó en un 73% del tiempo.
Otras estimaciones de la actividad solar nos indican que habría que remontarse a los años 1940 para encontrar un período similar, pero no tan acusado.
No podemos sacar una relación directa entre la baja actividad solar y nuestro clima, pero a grandes rasgos, si el mínimo solar fuera muy duradero, sí se podría esperar un enfriamiento palpable.
Actividad solar y clima de la Tierra
Se sabe que existe un máximo del brillo cuando el número de manchas es máximo y un mínimo cuando casi no hay.
Esa variación de intensidad, sin embargo, es de tan solo un 0,1% (1365,5 – 1367,0 W/m2) por lo que sus efectos son casi insignificantes. Por otro lado, el periodo de esas variaciones es tan corto que los factores moderadores terrestres, como los océanos o las nubes, impedirían que hicieran un efecto sensible por simple inercia térmica.
Existen otros ciclos de mayor duración y, por ello, de mayor influencia en el clima. Se trata sobre todo del ciclo de Gleissberg, con un período de 72 a 83 años, causante del famoso Mínimo de Maunder que, según parece, originó la pequeña edad de hielo.
La variación de intensidad de estos ciclos es, más o menos, del mismo orden que el de los ciclos de 11 años pero con la diferencia de que se produce en un periodo más dilatado de tiempo suficiente como para ocasionar algunos cambios climáticos apreciables.
Se han hecho varios estudios teniendo en consideración el número de manchas solares (de las cuales se tienen registros de varios siglos atrás) usando estos datos como patrón de la irradiancia solar (de la cual solo se tienen datos precisos de hace unas pocas décadas).
¿Qué es el Mínimo de Maunder?
Se trata del nombre dado al período que transcurrió entre 1645 y 1715 cuando las manchas solares desaparecieron de la superficie del Sol, según constataron los astrónomos de la época.
Fue E.W. Manuder quién descubrió este acontecimiento, tan acusado que tan solo se observaron alrededor de 50 manchas solares durante esos años cuando debieron de registrarse entre 40.000 y 50.000 en un ciclo normal.
Este hecho coincidió con la época más fría reciente tanto en Europa como en Norteamérica, la llamada Pequeña Edad de Hielo, que quizá se extendió a otras zonas del mundo; aunque la relación entre la disminución de la actividad solar y tan acusado enfriamiento no es una teoría que esté plenamente demostrada.
Una situación actual sin parangón en 9.300 años
Actualmente estamos inmersos en un período de disminución de la actividad solar inusitado, tanto que los científicos no encuentran una época similar en los últimos 9.300 años.
¿Un enfriamiento de nuestro clima?
Los científicos del Met Office realizaron un estudio de cómo afectaría esta disminución de la actividad solar a nuestro clima, indicando que a nivel mundial podría descender la temperatura una media de 0,1 ºC.
Enfriamiento acusado en Europa y Norteamérica
Sin embargo, Eurasia y Norteamérica sufrirían un descenso muy acusado: entre 0,4 ºC y 0,8 ºC, valores que a nivel global suponen un registro considerable.
Esto se podría trasladar en que a mitad del s. XXI los inviernos severos tendrían un período de recurrencia mucho mayor del que existe actualmente, incluso teniendo en cuenta las predicciones que hablan hacia un calentamiento global de la atmósfera debido a la presencia de los gases de efecto invernadero.
¿Suficiente para contrarrestar el calentamiento global?
Según el trabajo de investigación, probablemente el mínimo de actividad solar no sería capaz de atenuar el calentamiento global en todo el Planeta, aunque sí sería suficiente para atenuarlo en las zonas anteriormente mencionadas del Hemisferio Norte.
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