El tiempo cambiará, no tanto como desearíamos, en buena parte de España la próxima semana. La retirada parcial de las altas presiones del entorno de la Península, propiciará que los frentes atlánticos se aproximen a nuestro entorno, afectando, sobre todo, nuevamente, al Noroeste peninsular.
Las precipitaciones serían más débiles cuanto más al Sudeste y en Canarias, de forma que en áreas del litoral mediterráneo o de las islas afortunadas, serían anecdóticas en muchos casos.
A más largo plazo, siguen sin verse señales que nos hagan pensar que vayamos a entrar en un patrón húmedo que afecte especialmente a las comarcas más necesitadas: el Suroeste-Sur y Canarias o el interior del Este peninsular.
De momento, anticiclón y frío
La calma anticiclónica, tan propia del mes de enero, seguirá facilitando las heladas importantes de madrugada y los días tibios durante el día, salvo en las zonas donde se desarrollen nieblas, donde las máximas serán muy bajas.
Durante los primeros días de la semana solo lograrán rozar las costas gallegas, donde las nubes irán ganando terreno y las lluvias aparecerán cada día, de forma un poco más importante y persistente.
En el resto, tiempo seco y soleado, aunque con nubes de tipo bajo en las costas, sobre todo en las horas nocturnas y matutinas, por la influencia de las brisas marinas.
Entre el jueves y el sábado, un frente de lluvias
A tantos días vista hay que contar con que los mapas pierden bastante precisión, por lo que hay que tomar el pronóstico con ciertas reservas.
GFS dibuja un frente lluvioso barriendo la Península y Baleares, rozando solo las Canarias, entre el jueves y el viernes.
IFS, el modelo del ECMWF, retrasa algo ese tránsito sobre nuestro territorio, el grueso de las lluvias nos afectaría entre viernes y sábado.
En ambos casos, apuestan por lluvias copiosas al Noroeste, en especial en las Rías Bajas gallegas y la cara Sur del Sistema Central y bastante débiles al Sudeste.
Sin perspectivas de grandes cambios a largo plazo
Aunque de vez en cuando alguna salida modelística nos pone un caramelo en el horizonte, lo cierto es que son mapas siempre muy lejanos e inconsistentes.
Los parámetros globales como los índices AO y NAO se prevén en valores que no favorecen el posible paso de borrascas por nuestro territorio a largo plazo.
Tampoco las previsiones estacionales recién actualizadas, invitan al optimismo.
El único resquicio, es que el vórtice polar estratosférico, que en estos momentos se muestra con una consistencia llamativa, sufra un Calentamiento Súbito Estratosférico en febrero, como marcan algunos pronósticos, lo que podría romper la actual rutina atmosférica, haciendo bajar la trayectoria de las borrascas de latitud.
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