25 personas fallecidas y 101 desaparecidas es el triste balance provisional de las lluvias torrenciales que están afectando a Chile en los últimos días.

En lo puramente meteorológico, este episodio nos deja el registro histórico de precipitación recogida en el Desierto de Atacama, considerado uno de los lugares más secos de la Tierra. En muchas regiones del Norte de Chile, las lluvias medidas en la última semana igualan a la media de lo que suele caer en 14 años.

Un balance desolador

El balance de 25 personas fallecidas y 101 desaparecidas hecho público por el gobierno chileno, deja además 29.741 personas damnificadas, de las cuales muchas aún están viviendo en albergues públicos del Norte de Chile.

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En total el balance preliminar del gobierno habla de 2.071 casas destruidas y 6.254 que presentan daño mayor.

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Un 2,6% de las personas de la Región de Atacama sigue sin suministro eléctrico y en un 15% aún no se ha restablecido el suministro de agua potable. En algunas poblaciones donde la infraestructura se vio afectada, restablecer el agua potable podría llevar meses

Las regiones del Norte las más afectadas

Según la oficina meteorológica de Chile, las lluvias registradas en el norte del país son las más importantes en los últimos 80 años y afectaron con especial intensidad en la última semana a 3 de las 15 regiones del país: Antofagasta, Atacama y Coquimbo.

Registros históricos. La lluvia de 14 años en 1 día

El registro más espectacular se dio en el Desierto de Atacama. Allí entre el martes y miércoles de la semana pasada cayeron en la zona unos 24 milímetros de lluvias, cuando lo normal es 1,7 milímetros al año.

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Antofagasta, que tiene recibió solo 3,8 mm de precipitación por año en el período 1970-2000 y que tiene un promedio de largo plazo de 1,7 mm de precipitación por año, recibió un registro de lluvia inusual de 24,4 mm en 24 horas, entre las 8 AM del 25 a las 8 AM del 26 de marzo de 2015.  Es decir: más de catorce años de lluvia en un día

Las fuertes precipitaciones provocaron el desborde de los ríos cuyo cauce había permanecido seco durante años, los que partieron en dos ciudades como Copiapó, Chañaral, Tierra Amarilla y Taltal, algunas de las más dañadas.

Otras pequeñas localidades, como Alto del Carmen o Diego de Almagro, fueron arrasadas parcialmente por el paso del agua, que se llevó consigo cientos de casas en toda la región.