Índice de Precipitación Estandarizado (SPI) para los últimos tres años en España

La falta de lluvias en los últimos meses está provocando dos serios problemas en España: altos niveles de contaminación en las grandes ciudades y un descenso importante de las reservas de agua en nuestros embalses.

Inmersos en el tramo más húmedo del año hidrológico, la ausencia de precipitaciones desespera a agricultores, ganaderos y empieza a provocar dificultades para el abastecimiento de agua de consumo humano en algunas localidades.

Actualmente España dispone de 31.121 hm³ de agua embalsada, 8.000 menos que el año pasado y también por debajo de la media de los últimos 10 años.

Las reservas de agua a la baja

Uno de los otoños más secos de los últimos años está provocando una caída imparable de las reservas hidráulicas en España. Un hecho muy preocupante pues nos encontramos en los meses en los que nuestros embalses y acuíferos deberían estar acumulando litros para afrontar los meses de segura sequía estival.

La visión de la Península Ibérica desde el satélite Terra de la NASA en diciembre de 2015 nos muestra un preocupante aspecto de la cubierta vegetativa

Varios años con pocas precipitaciones

Desde el año hidrológico 2010/2011, de forma general, no tenemos una temporada húmeda en España. En los últimos años las precipitaciones han sido irregulares, con rachas lluviosas cortas o reducidas a regiones y comarcas determinadas.

Este año hidrológico arrancó positivamente, con diversos temporales de lluvia repartidos casi por todas las regiones en septiembre y octubre. Pero el balance de noviembre y diciembre es ciertamente negativo.

Agua embalsada en la Península Ibérica a 2-12-2015. Fuente Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

¿Podemos hablar de sequía en España?

Para responder a la pregunta lo más indicado es recurrir a los mapas de Índice de Precipitación Estandarizado (SPI, sigla de su nombre en inglés: Standardized Precipitation Index) que proporciona AEMET.

Según podemos leer en la guía interpretativa de la Agencia, este índice se define como un valor numérico que representa el número de desviaciones estándar de la precipitación caída a lo largo del período de acumulación de que se trate, respecto de la media, una vez que la distribución original de la precipitación ha sido transformada a una distribución normal.

De este modo se define una escala de valores que se agrupa en tramos relacionados con el carácter de la precipitación.

Este índice fue diseñado con objeto de dar cuenta de las distintas maneras en que el déficit de precipitación afecta a los diferentes sistemas de recursos hídricos (humedad del suelo, aguas superficiales, aguas subterráneas, etc.).

Últimos tres años secos

Si repasamos los mapas correspondientes a los tres últimos años, el último año o el pasado mes de noviembre, vemos como el índice SPI refleja el carácter seco a extremadamente seco en muchas regiones de España.

La sensación de que estamos viviendo una temporada negativa en cuanto a lluvias es una percepción real. La sequía no es una amenaza, sino un problema presente.

Sobre el concepto de sequía

Según Francisco Sánchez Gallardo, “la sequía meteorológica puede definirse en función del grado de falta de agua, expresado a través de la reducción porcentual con respecto a la pluviometría media anual o estacional a largo plazo.

Esta definición admite múltiples variaciones, puesto que su significado puede ir ligado a las condiciones propias de una región y depende de la actividad humana en relación a la cual se valora la pluviometría.

Humedad en el suelo en Europa a 31-12-2015

La sequía agrícola se refiere a una situación tal que la escasez de humedad en el suelo, durante un tiempo no excesivamente largo, produce un daño particular en un determinado cultivo.

La sequía hidrológica ocurre cuando el suministro de agua en la superficie y en el subsuelo es inferior a lo normal. El aspecto socioeconómico de la sequía surge cuando el suministro de agua es tal que empieza a afectar a la población.”

Perspectivas inciertas

Desgraciadamente, de momento, las previsiones no apuntan a que se pueda mejorar el balance pluviométrico de una forma clara.

Como estamos analizando en nuestro tema de modelos meteorológicos a corto y medio plazo así como el topic de modelos estacionales, aunque entraremos en una racha más húmeda en el Oeste y Norte peninsulares en las próximas jornadas, no está claro que la intensidad de las próximas lluvias pueda paliar el déficit que arrastramos.

Quizás, el fenómeno climático tan intenso de El Niño que está viviendo el Planeta estos meses sea el causante de esta situación tan anómala.