El pasado 11 de septiembre se alcanzó la mínima superficie de la banquisa ártica en 2015, midiéndose una extensión de tan solo 4,41 millones de kilómetros cuadrados.
Tal y como se preveía en el último reporte lazado por el NSIDC (National Snow & Ice Data Center) dicha área supone el cuarto valor más bajo desde que existen registros oficiales satelitales (1979). El año pasado se midió una superficie de 5,02 millones de Km2, registro que resultó el sexto valor más bajo serie.
Cuarto valor en más bajo desde 1979
Como se intuía por los valores registrados este verano y la tasa de derretimiento estimada en las últimas semanas, la superficie mínima en la banquisa ártica ha quedado como la cuarta más baja desde que en 1979 se empezara a medir por medio de las técnicas de teledección satelitales.
Las 10 extensiones más bajas en los últimos 11 años
El dato más preocupante sobre el estado de la banquisa ártica es que el hielo perenne en el Polo Norte está disminuyendo especialmente de manera muy acusada en los últimos años.
Y es que los diez valores más bajos de toda la serie se han registrado en los últimos 11 años, un hecho que se ha producido tras una aceleración de la pérdida de hielo detectada a partir de 1996.
Recordemos que el mínimo está en 2012, cuando solo se midieron 3,41 millones de Km2.
Este año no hay factores especiales
Los científicos del NSDIC indican que este verano no se ha producido ningún evento meteorológico especial o un patrón de clima persistente en el Ártico, como ocurrió en 2012, que pudiera relacionarse con este pobre dato.
Sí se piensa que únicamente ocurre que la calidad del hielo es menor, por lo que aun no registrándose un verano especialmente cálido en la zona, es más fácil que se derrita, es más vulnerable.
Diversos estudios confirman que el grosor de hielo en la zona es más bajo cada año y este es el factor determinante para pensar que la superficie de la banquisa ártica seguirá en una tendencia descendente en los próximos años.
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